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Bienvenido a Escuchar y a Dar

Este blog, no pretende ser un diario de sus autores. Deseamos que sea algo vivo y comunitario. Queremos mostrar cómo Dios alimenta y hace crecer su Reino en todo el mundo.

Aquí encontrarás textos de todo tipo de sensibilidades y movimientos de la Iglesia Católica. Tampoco estamos cerrados a compartir la creencia en el Dios único Creador de forma ecuménica. Más que debatir y polemizar queremos Escuchar la voluntad de Dios y Dar a los demás, sabiendo que todos formamos un sólo cuerpo.

La evangelización debe estar centrada en impulsar a las personas a tener una experiencia real del Amor de Dios. Por eso pedimos a cualquiera que visite esta página haga propuestas de textos, testimonios, actos, webs, blogs... Mientras todo esté hecho en el respeto del Amor del Evangelio y la comunión que siempre suscita el Espíritu Santo, todo será públicado. Podéís usar los comentarios pero para aparecer como texto central enviad vuestras propuestas al correo electrónico:

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Página web de Escuchar la Voz del Señor

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viernes, 18 de enero de 2019

Marta, 29 años, abogada en ejercicio, deja las oposiciones a Juez para ser monja misionera: «experimentar la cercanía de Dios te hace lanzarte a la piscina»

* «Te lanzas en el momento en que te fías de Dios. Y Dios sabe cómo hacer las cosas. Y es verdad que yo soy muy racional y me gusta mucho el derecho. Cuando empecé a preparar la oposición disfrutaba con lo que hacía, me suponía un esfuerzo dejar de hacer otras cosas pero con el estudio disfrutaba. Con los sacrificios que implica el estudio.  Aunque racional me es fácil guiarme por las emociones, por lo que siento y ha sido un proceso largo de discernimiento, de pensar, de hacer listas de pros y contras, de poner un poco más la razón en todo aquello. Habrá gente a la que le será suficiente una gracia turbativa, que digas “¡Buah!”, pero para mí que soy más incrédula podríamos decir, no era suficiente»
* «Y ya cuando uno ve por donde… ve que sí, que se rinde y que le dice que sí… En ese momento me fui a hacer unos ejercicios espirituales de san Ignacio en el Monasterio del Pueyo y ya al final del retiro, recuerdo estar delante del sagrario ya habiéndole dicho a Dios “me rindo, okey”, pero también , “Señor, dame la certeza de saber que esto, ¡esto!, es sólo porque tú quieres, que es lo que tú quieres y ya está: que yo no me estoy confundiendo, que yo no estoy equivocándome o estoy, ¡no sé!, contemplando esta opción por algo que no seas tú y que no venga directamente de ti. Y yo ahí sentada, mirando el sagrario y no había nada, nada; ni nadie, solo una vocecita interior que dice, “Marta, qué más certeza necesitas, qué más certeza necesitas que el ser consciente que tú estás aquí, sentada conmigo, y podrías tirarte aquí toda la vida, con esta plenitud, esta serenidad, este gozo, sin ver a nadie más, sin necesitar a nadie más”. Y es que es gozo al final»

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