Camino Católico.- Tenían una vida cuanto menos encarrilada, si no perfectamente asentada o incluso que iniciaba ya su camino de vuelta. Pero dice el refrán que los caminos del Señor son inescrutables, y ellos lo han comprobado en sus propias carnes. De médico a diácono, de Químico licenciado con premio al mejor expediente incluido a sacerdote. Pablo Durio ha contado en el Diario de Cádiz cinco de estas historias. «Vocaciones tardías, curas con experiencia de vida», escribe. Este sábado 28 de septiembre el obispo Rafael Zornoza ha ordenado a dos sacerdotes, Gabriel Mourente Cano y Juan Carlos Ruiz Pizarro, y cuatro diáconos: José Ignacio Canales Barrios, Rafael Galván Bello, Richard Charles Martínez y Daniel Robledo Pérez. Sólo uno de ellos está por debajo de los 30, y dos superan el medio siglo de vida.
El camino hasta esta ordenación no ha sido nada fácil, reflejan los protagonistas. Retomar los estudios después de varios años, vivir en comunidad y no en los pisos que habitaban, romper con sus vidas anteriores –incluido parejas y planes de conformar familias– y formarse como futuros sacerdotes a determinadas edades ha sido un reto que ha tenido “sus penas y sus alegrías, sus momentos muy duros y sus momentos felices”, reseña uno de ellos. Los nuevos diáconos José Ignacio Canales Barrios, Rafael Galván Bello, Richard Charles Martínez y Daniel Robledo Pérez, y el nuevo sacerdote Gabriel Mourente Cano son los cinco testimonios que atestiguan un giro sustancial en la vida de estos cinco gaditanos. El sexto ordenado, que no aparece en este reportaje, sí se ciñe al perfil tradicional de seminarista que inicia la formación al terminar los estudios básicos. Se trata de Juan Carlos Ruiz, que con 26 años se ha incorporado como sacerdote a la diócesis de Cádiz y Ceuta.
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