15 de abril de 2022.- (Camino católico) Este 15 de abril, Viernes Santo, el Papa Francisco ha presidido la celebración de la Pasión del Señor en la Basílica de San Pedro en el Vaticano. En la celebración han participado alrededor de 3.500 personas entre fieles, cardenales, obispos, sacerdotes, todos debidamente distanciados y con mascarilla, las medidas de bioseguridad para evitar la propagación del coronavirus. Al igual que otros años, el predicador de la Casa Pontificia, Cardenal Raniero Cantalamessa, ha pronunciado la homilía. Esta vez su prédica ha llevado por título “Pilato dijo ¿Qué es la verdad?”. En el video de Vatican News se visualiza y escucha toda la celebración de la Pasión del Señor traducida al español.
En la Basílica desprovista de ornamentos e iluminada tenuemente, en consonancia con la sobriedad de la ceremonia en la que no se celebró la Eucaristía, el Santo Padre ha rezado brevemente en silencio y de pie. Lo ha hecho con la habitual vestimenta de púrpura de Viernes Santo, en recuerdo de la sangre de Cristo derramada en la Cruz.
El Pontífice se ha dirigido luego hasta su sede para proseguir con la liturgia de la Palabra, en la que se ha leido un pasaje del libro de Isaías (52,13 – 53,12), se ha recitado el salmo 21, y se ha leido en inglés la Carta a los hebreos 4:14-16, y 5: 7-9. El Evangelio de San Juan que relata la Pasión de Cristo ha sido salmodiado, en latín y de manera solemne, por tres diáconos y el coro de la Basílica. En el momento en que se relata la muerte del Señor, todo ha quedado en completo silencio y todos en la Basílica de San Pedro se han pusiesto de rodillas.
En la oración universal de los fieles en la que este Viernes Santo se reza por la Iglesia, el Papa, los obispos, sacerdotes, los catecúmenos, la unidad de los cristianos, los judíos, los que no creen en Dios y los gobernantes, el Papa Francisco también ha elevado una especial petición por los pueblos que sufren las “atrocidades de la guerra”. “Oremos por los pueblos destrozados por las atrocidades de la guerra. Sus lágrimas y la sangre de las víctimas no se derraman en vano sino que anuncian una era de paz que surge de las llagas glorias de Cristo Jesús”.
Después se ha realizado la adoración de la cruz, aclamada tres veces en latín con las palabras “Mirad el árbol de la Cruz, donde estuvo clavada la salvación del mundo. ¡Venid a adorarlo!”.
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