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Mostrando entradas con la etiqueta El Rosario. Mostrar todas las entradas
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sábado, 10 de diciembre de 2011

Muere Mariette Beco, que vio a la Virgen en 1933 en las apariciones aprobadas de Banneux

* No era muy piadosa, aunque alguna vez rezaba con un rosario antes de dormir. Su familia no era practicante. Pero todo cambió, cuando tenía 11 años, en el momento que miró por la ventana de su cocina el 15 de enero de 1933 y vio "una luz y una hermosa Señora que tenía la cabeza muy iluminada, como si la luz irradiara de su propio cuerpo. Tuve miedo"

* "Yo no fui nada más que un cartero que entregó una carta; una vez se ha hecho, el cartero ya no tiene importancia"

10 de diciembre de 2011.- La semana pasada murió con 90 años en un hogar para ancianos Mariette Beco, la vidente de las apariciones marianas aprobadas de Banneux, (www.banneux-nd.be), en Bélgica. en Bélgica.

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sábado, 22 de enero de 2011

Jeff Grabosky correrá más de cinco mil kilómetros durante 4 meses en EEUU para promover la oración

* Está recibiendo intenciones de oración y ha ofrecido rezar una decena del Rosario por cada pedido que reciba en su sitio web. La Comunidad Familia, Evangelio y Vida ya le ha encomendado una plegaria por todas las peticiones que llegan al Teléfono de la Oración y por escrito a esta página web, caminocatolico.org

* "Cada vez que me sentí perdido en la vida, la oración me ha ayudado a encontrar mi camino de nuevo. Solo Dios nos puede ayudar a superar cualquier cosa si confiamos en él. A las personas que están en momentos difíciles les digo que esta vida es a menudo difícil, pero Dios tiene un plan para nosotros y si se lo permitimos de corazón, Él puede y va a hacer cosas increíbles con nuestras vidas. Si realmente creen eso, entonces no es difícil sonreír y mirar cada día con una actitud optimista"

22 de enero de 2011.-
Jeff Grabosky es un laico católico que ha empezado el 20 de enero una aventura física y espiritual: Correrá más de cinco mil kilómetros entre California y Nueva York durante cuatro meses para promover la importancia de la oración. Grabosky, de 27 años de edad, asegura que rezará durante todo su camino pues a pesar de las dificultades que ha encontrado, quiere usar sus talentos para servir a Dios y ayudar a quienes le han pedido oraciones.


El punto de inicio de su carrera personal está en Oceanside, California. Tiene previsto llegar a su meta en Smith Point de Long Island, Nueva York, el 26 de mayo. Su misión principal es alentar la oración en Estados Unidos y el mundo. Está recibiendo intenciones de oración y ha ofrecido rezar una decena del Rosario por cada pedido que reciba en la página de peticiones de su web. La Comunidad Familia, Evangelio y Vida, editora de la página web que estas leyendo, caminocatolico.org y que gestiuona el Téléfono de la Oración ha solicitado a Jeff Grabosky que ore una decena del rosario por las decenas de peticiones que cada día recibimos. Leer más...

martes, 10 de agosto de 2010

8 jesuítas resultaron ilesos de la bomba de Hiroshima por intercesión milagrosa de la Virgen


El padre Hubert Schiffer, uno de los sobrevivientes de la comunidad de jesuítas ha explicado durante años que «vivíamos y orábamos el rosario diariamente en esa casa»
10 de agosto de 2010.-
El 6 de agosto de 1945, a las 8.15 de la mañana explotó sobre Hiroshima la bomba atómica que mató directamente a 80.000 personas y destruyó más de dos tercios de los edificios de la ciudad. 8 sacerdotes jesuítas que vivían en comunidad junto a la iglesia parroquial, a menos de una milla del punto de detonación escaparon milagrosamente casi ilesos. El padre Hubert Schiffer, uno de los sobrevivientes, ha explicado durante años cómo todos creían «que sobrevivimos porque vivíamos el mensaje de Fátima. Vivíamos y orábamos el rosario diariamente en esa casa». Leer más...

martes, 19 de agosto de 2008

Lucia Otgongerel: Mujer sin manos ni piernas descubre "alegría de vivir" tras conversión al Catolicismo

Para ver el vídeo haz clic sobre la imagen

ULAANBAATAR, (ACI).- Lucia Otgongerel nació en Mongolia hace 30 años sin manos ni piernas. Vivió en una profunda depresión hasta el año 2002, cuando se convirtió al catolicismo y, como ella misma explica, descubrió la verdadera alegría. Hoy trabaja en la capital Ulaanbaatar, como maestra de jóvenes discapacitados.

Lucia sostiene que ahora "no puedo vivir sin mi fe" y sobrelleva los retos de su condición física con una intensa
vida de oración a través del rezo cotidiano del Rosario y la meditación de la Biblia; en medio de un país mayoritariamente budista.

En entrevista concedida a UCANews, Lucia cuenta cómo es su trabajo cotidiano con los 7 muchachos discapacitados que oscilan entre 15 y 19 años a los que enseña; pese a no tener manos: cocina, limpieza, lectura y escritura; en el Faith Center, una pequeña escuela de la Parroquia Saint Mary en Ulaanbaatar que abrió en septiembre pasado.

Lucia Otgongerel es la sexta de ocho hermanos. Nació en Zavhan, una remota provincial en Mongolia, país asiático ubicado entre China y Rusia. Tuvo una infancia complicada que mejoró en algo al usar sus primeras prótesis de piernas, gracias a las cuales pudo asistir siendo ya joven, a clases de cocina hasta convertirse en una muy buena cocinera.
"Incluso sin manos, no hay nada que no pueda hacer. Puedo abrir las puertas con sus llaves, tejer, trabajar en la computadora, cortar comida, cocinar: ¡Nada es imposible! Me gustan los tejidos y los adornos. A la gente le sorprende cuando ven la casa de mis padres decorada con mis trabajos de costura", comenta.

Tras relatar cómo comenzó a ir a
Misa en 2001 sin tener mucha fe, solo porque su hermana era amiga de la secretaria del párroco. Lo que más le gustaba eran las canciones que oía en inglés y pese a que no entendía las letras; Lucia explica que las melodías quedaban sonando en su mente. La fe en Cristo comenzó al año siguiente y fue un intenso momento de oración a través del Rosario, ante una gran dificultad en casa, lo que la decidió a convertirse al catolicismo.

"Desde entonces rezo mucho, todos los días, todo el tiempo. Rezo mucho y lloro. Cuando los jóvenes me ven así, me dejan sola; y cuando salgo de la
Iglesia riendo, saben que estuve rezando. Sería muy complicado todo para mí sin oración. Rezo todas las mañanas antes de salir de casa. También leo el evangelio del día y lo medito. Trato de poner por obra el mensaje leído lo que me da mucha fuerza. (…) Estoy también escribiendo un libo sobre la iglesia en Nisekh (localidad donde vive en Ulaanbatar) y sobre la fe. Mi fe es muy importante para mí. No podría vivir sin mi fe".

Seguidamente Lucia cuenta también cómo "solía estar deprimida mucho y sentirme incapaz de hacer las cosas. Era una persona muy diferente antes de ser católica. Quería contarle a mucha gente sobre mi fe, así que comencé con mi familia. Varias personas me siguieron. Mi sobrina está bautizada ahora, mi hermano menor, los hijos de mi hermano mayor y dos amigos míos van a la iglesia también. Las personas que me ven de algún modo se interesan en Dios y en la Iglesia. Nuestra iglesia en Nisekh es como una familia. Enseño además catecismo allí a siete adultos: cinco mujeres y dos hombres".


Al hablar de su trabajo, Lucia cuenta que aprendió varias de las cosas que sabe para tratar a discapacitados con una voluntaria polaca amiga suya llamada Violetta; leyendo algunos libros; pero básicamente de sus mismos alumnos. Ella cuenta que "la mayoría de mi tiempo la dedico a esta escuela. Este empleo es muy hermoso. Los muchachos no son comunes, así que no puedo tener a muchos. Ahora tengo siete alumnos y creo que pronto voy a necesitar un ayudante. Me hacen caso, pero al principio no entendían que yo era su profesora. Durante el primer año he aprendido cómo trabajar con cada uno".


Para Lucia los retos nunca terminan debido a su condición física; y pese a sufrir de los riñones porque las prótesis de las piernas los afecta al no poder doblarlas, no se amilana y relata que planea llevar a sus padres a la capital de Mongolia ahorrando los 100 dólares que necesita para pagarles el viaje; de los casi 150 dólares mensuales que gana en el trabajo (170 mil tugrugs en moneda local).


Sus padres, cuya pensión es menor a 60 dólares, necesitan leche y medicinas que Lucia por ahora no puede costear. Así que cuando logre ahorrar el dinero necesario podrá llevarlos a Ulaanbaatar (en la fotografia de la izquierda). "Tengo que trabajar bien para poder ayudarlos. Mis padres están muy orgullosos de mí porque soy muy exitosa. Toda mi vida se preocuparon mucho por mí. Los padres se preocupan por sus hijos incluso si tienen manos y piernas, pero los míos se preocupaban más por mi porque nací sin ellas", concluye Lucia.