* «El mismo Viernes Santo en que la señora tuvo la visión de Sandra, el obispo Francesco Lambiasi vivió algo inexplicable. Justo el mismo día en que la salud del párroco había empeorado, una persona se acercó a él y le dijo que ya no orara por la curación del sacerdote, sino que diera gracias; porque el padre Alessio se había curado»