Cuando Dios hace un pacto con nosotros, Dios dice: "Me encanta
usted con un amor eterno. Voy a ser fiel a usted, incluso cuando me sea infiel, me rechaze, o traicione." En nuestra sociedad no nos hablan mucho acerca de los pactos; nosotros hablamos de los contratos. Cuando nosotros hacemos un contrato con una persona, decimos: "Voy a cumplir mi parte, siempre y cuando usted
cumpla con la suya. Cuando yo no esté a la altura de mis promesas,ustedes ya
no tienen que estar a la altura de la mías." Los contratos se rompen a menudo porque los socios no quieren o no pueden ser fieles a sus términos.
Pero Dios no hizo un contrato con nosotros, Dios hizo un pacto. Él quiere que nuestras relaciones de los unos con los otros reflejen ese Pacto. Por eso el matrimonio, la amistad, la vida en comunidad, son todas las maneras de dar visibilidad a Dios: la fidelidad debe presidir nuestras vidas juntos.
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