* Fue dos veces campeona de Europa de voleibol con la selección de Polonia y en España ganó la superliga con el CAV Murcia
16 de enero de 2010.- Defender la vida de un embrión es dar nueva vida al mundo, engendrando a un bienaventurado pensado y creado por Dios para vivir en medio nuestro y sobre todo para gozar de la plenitud de la vida eterna. El presente testimonio aconteció durante los años 2007 y 2008, pero como su argumento central es el de elegir dar la propia vida para posibilitar el nacimiento del hijo lo publicamos por su profundo interés. Era el 16 de junio de 2008 cuando en medio de gran conmoción, miles de polacos dieron al último adiós a Agata Mroz, una joven estrella del voleibol, que murió el 4 de junio del mismo año, luego de postergar un transplante de médula ósea y permitir el nacimiento de su primera hija. A los 17 años de edad, a Agata le diagnosticaron leucemia. Lejos de abatirse, superó la enfermedad y en poco tiempo ya era considerada la mejor deportista de Polonia y había sido dos veces campeona de Europa con el equipo nacional de voleibol. En España integró el equipo profesional CAV Murcia con el que ganó el título de la Superliga. Leer más y ver vídeo...
sábado, 16 de enero de 2010
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