* Belén Manrique: «A mí lo de las monjas siempre me ha parecido una cosa de otro siglo, algo horrible. Pero con todo lo que Dios me había dado esa semana, no podía ser tan egoísta y decirle que no si sentía que me llamaba»
* Claudia: «Cualquiera que me ve por ahí no piensa que voy a la iglesia y que quiero ser monja. Mi familia también se sorprendió, porque siempre he sido muy rebelde. No solo por mi forma de vestir, sino también por mi actitud»
* Jesús García: «Después de años sin pisar la iglesia, me encontré en una capilla pidiéndole a Dios que me diera coraje para decirle que la quería, algo que no habría hecho jamás»
* Jesús Trujillo: «Fue mi acercamiento a los voluntarios, y mi trabajo coordinando las acogidas, lo que me dio el empuje», para discernir la llamada al sacerdocio
5 de Octubre de 2011.- Era el mes de Junio de 2011. Belén tiene 23 años, y padece la típica crisis de los jóvenes de su edad: terminar la carrera, no encontrar trabajo y no saber qué hacer con su vida. Claudia con tan sólo 18 años hace 12 meses que canta en el coro de su parroquia y su imagen es de inconformista y rebelde. A Jesús García, 47 años, también le preocupa estar en el paro, pero más aún encontrar a alguien con quien casarse y formar una familia. Jesús Trujillo comparte su tiempo entre la universidad y su trabajo voluntario en la Diócesis de Sevilla, y le inquieta hallar su verdadera vocación. Leer más...
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