El sugestivo lugar en el que el Papa pronunció su mensaje previo al rezo mariano del Angelus Domini ha sido el City Center Waterfront de Beirut. “El ruido de las armas continua escuchándose” constató el Papa en el simbólico lugar donde poco antes había celebrado la Santa Eucaristía, para añadir que junto al fragor de las armas también se escucha el grito de las viudas y de los huérfanos.
Una realidad que el Sucesor de Pedro condensó recordando que las primeras víctimas de la violencia desatada por el odio son ellas y ellos: las mujeres y los niños, y que sin embargo y todavía, al motivo de este odio no se le encuentra explicación. Con la convicción de quien se hace portador de un mensaje de paz, el Santo Padre recordó: “Quien quiere construir la paz debe dejar de ver en el otro un mal que debe eliminar”. A la vez de que reconoció que ésta no es una tarea fácil. En el vídeo se visualiza y escucha traducida al castellano la intervención integra de Benedicto XVI, cuyo texto es el siguiente: Leer más...
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