“A mi madre le parecía que un aborto ilegal era la solución. Pero al llegar a la clínica y ya sentada en la plancha en la cual me quitarían la vida, cambió de parecer. Dejó ese lugar y nunca miró hacia atrás. Cuando me dio a luz ni siquiera me miró. Pero me dio el regalo más grande que jamás he recibido. Y encima de darme la vida, me regaló una familia adoptiva increíble. Por eso, estoy eternamente agradecida”
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