Es el fundador de la casa Resoty para necesitados. Sintió la llamada al sacerdocio a los 13 años en una experiencia mística que dio unos frutos de vida: “Empecé a rezar más que antes. Me hice un buen monaguillo. Iba a misa con gran alegría. Leía libros y revistas religiosas. Supe exactamente lo que quería ser: sacerdote"
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