“Sentía acercarme a esta cuna sin voz como a un altar, como a un lugar sagrado donde Dios hablaba como por un signo. Una tristeza penetrante y profunda; profunda, pero ligera y transfigurada. Y alrededor de ella, una adoración, no tengo otra palabra. Con toda seguridad, nunca he conocido de forma tan intensa el estado de plegaria”
jueves, 22 de agosto de 2013
Madre canta una canción a su hija, Lindsey Lourenco, de 18 años, antes de morir en un acto de amor: Belleza y verdad ante la muerte de un hijo
“Sentía acercarme a esta cuna sin voz como a un altar, como a un lugar sagrado donde Dios hablaba como por un signo. Una tristeza penetrante y profunda; profunda, pero ligera y transfigurada. Y alrededor de ella, una adoración, no tengo otra palabra. Con toda seguridad, nunca he conocido de forma tan intensa el estado de plegaria”
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