* Francisco Rivera, el padre de Giovana, fue a rezar a la Basílica de Guadalupe y al terminar el canónigo Jorge Palencia le dijo: «tu hija ya sanó, ve a verla y ponle el rosario en la mano»”. Al volver al hospital pudo comprobar que esas palabras se cumplían
Camino Católico.- Cuando los doctores le dijeron a Francisco Rivera que su hija tenía muy pocas probabilidades de vivir, nunca perdió la fe en Dios ni en la Virgen de Guadalupe. Giovana Rivera, que entonces tenía 19 años, llevaba tres semanas en coma en la sala de terapia intensiva del Hospital General La Raza, de la Ciudad de México, y la tuberculosis intestinal que padecía había invadido todo su cuerpo. Francisco salió del hospital para hacer compras y, asegura que, aunque no era su intención, llegó hasta la Basílica de Guadalupe.
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