“Esta concepción se realiza sin concurso de varón, por obra y gracia del Espíritu Santo: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios». Ahora, pues, es Dios mismo quien va a venir a habitar en medio de su pueblo. Vamos a revivir muy pronto el nacimiento del Hijo de Dios. Acojámoslo en nuestra vida diciendo con María «hágase en mí según tu palabra», para que Él pueda hacer nuevas todas las cosas”

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