* «Empecé a rezar el rosario: me molestaba darme cuenta de que algún día se me olvidaba. Empecé a leer la Liturgia de las Horas, lo que me dio una gran apreciación de la Biblia, los Padres de la Iglesia, los concilios, los salmos… Creo que gané en compasión, y empecé a mejorar en cosas como mis enfados o mi impaciencia»
Leer más...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario