* «Sentía una atracción y a la vez un cierto celo por todo lo sagrado, por la misa, por los sacramentos. Quería estar siempre allí. Una persona que hoy es diácono permanente me preguntó si quería ser sacerdote; ante esta pregunta di una respuesta evasiva: ¡No! No es eso lo que el Señor quiere de mí. Pero él no se contuvo y continuó en ocasiones posteriores preguntando lo mismo. También otros lo hicieron…. Sufría una angustia terrible y no sabía el por qué. Solo quería que terminara la jornada de trabajo para llegar a Misa. Y llego el momento en que ante la misma pregunta me quedé mudo. No sabía que responder. Esa noche fui a la capilla del Santísimo y me quejé con el Señor, le dije que eso no estaba en mis planes, que no era eso lo que él me había prometido ¿qué iba a saber yo? En aquella noche leyendo la Sagrada Escritura me topé con el pasaje del profeta Isaías: “Porque mis pensamientos no son sus pensamientos, ni sus caminos, mis caminos —oráculo del Señor—. Tan elevados como son los cielos sobre la tierra, así son mis caminos sobre sus caminos y mis pensamientos sobre sus pensamientos.” (Is 55, 8-9) Caí en la cuenta que solo pensaba en mí, lo más importante era lo que yo quería y realmente no conocía la voluntad de Dios. Me inundó una paz increíble y aquella incertidumbre y angustia desaparecieron. Justo después leí otro pasaje: “Me sedujiste, Señor, y yo me dejé seducir. Fuiste más fuerte que yo, y me venciste.”(Jer 20, 7) Definitivamente había sido mucho más fuerte»
Camino Católico.- Jacobo Lama Abreu es un seminarista de la Archidiócesis de Santo Domingo (República Dominicana). Estudia en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, en Roma y cuenta en CARF su vocación en primera persona que él define como “una promesa divina”:
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