* ”Me ayudo ver cuánta esperanza tenían las chicas gracias a la oración y me fascinaba el hecho de no poder entender solo con mi mente la grandeza de Dios. Me hizo mucho bien sentirme pequeña delante de Él y necesitada de su Misericordia. Cuando caía en mi negatividad, en la vergüenza de verme imperfecta, aprendí a buscarlo y a decirme la verdad delante de Él”
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martes, 30 de abril de 2019
Nora, austriaca, era atea, anoréxica y dependiente de fármacos y tuvo un encuentro con Cristo que la sanó en la Comunidad Cenáculo
* ”Encontré la fe, que antes no la conocía porque era atea. En el pasado, para mí creer en Dios significaba ser débil, en cambio, descubrí que la fe es la fuerza que te permite decirte que eres débil y que necesitas ayuda”
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