* «A mucha gente le pasa que no persevera porque no siempre reza como quisiera ni “saca provecho” de la oración o no “siente” nada. Pero la oración en central. Es estar ante Él, “como un amigo habla a otro amigo”. Descansar en Él y dejar que su Palabra te hable. Fundamental. Pero atención. Todos estamos llamado a la santidad. Todos tenemos una vocación. Una llamada. “Antes de formarte en el vientre, te elegí”. Todos tenemos una misión única. Por ello, todos debemos ponernos en oración. Es urgente que los cristianos busquemos momentos de intimidad para Dios, momentos de silencio para estar a solas con Él. Sólo seremos felices sin hacemos la voluntad de Dios; y sólo conoceremos la voluntad de Dios estando con Él»
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