* «Vale la pena ser sacerdote y hacer el Reino de Dios entre nosotros; esta sociedad necesita mucho la ayuda de Dios y yo quiero estar con ellos… Un cura del siglo XXI tiene que llevar el evangelio diciendo lo mismo de siempre pero de forma actual, con un mensaje que provoque a todos, jóvenes y adultos. Para ello hay que gastar tiempo y tener ganas de estar con las personas. Que el sacerdote sea una persona que les eduque de forma suave, de forma cariñosa sin hacer grandes teologías»

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