* «El mismo Dios que ha creado el universo –con sabiduría y amor, dicen las Escrituras– ha dotado al hombre de la capacidad de descubrir –también con sabiduría y amor– las verdades más profundas de la creación. Intelectualmente, me parece un reto fascinante; vivencialmente, es conmovedor saber que ese Dios Creador es, al mismo tiempo, tu Padre y está siempre cercano a ti… Con la ordenación es Dios quien se hace cargo de mí, paso a ser posesión suya, y siempre tranquiliza saber que estás en las manos del mejor Padre… Soy consciente de que me ordeno para dispensar la misericordia de Dios a través de mi ministerio, a cuanta más gente mejor. Es Dios mismo quien tiene sed de las multitudes y sale a su encuentro cada día a través de sus sacramentos –especialmente la Santa Misa y la Penitencia– y su Palabra. Ojalá mi palabra sirva de veras a su Palabra y mi labor pastoral sea en verdad ministerio de Misericordia»
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