* «La oración “Jesusito de mi vida” marca el momento de dormir de los niños y una vez dormidos, es cuando aprovechamos para hablar de nuestro día, de nuestras cosas, de nuestras inquietudes, de nuestros planes y de nuestros agobios. Es verdad que el trabajo diario es pesado: comida, ropa, juegos, correcciones, sueño, poco tiempo para uno mismo, etc. Pero también es verdad que nos sentimos inmensamente ricos, ricos en cariño, en amor, en ternura, en bendiciones de Dios… En las dificultades encontramos siempre el cobijo de nuestra Madre, la Virgen María, a la que acudimos con bastante frecuencia y nos sentimos muy cerca del Señor, que nos cuida y nos protege»
Leer más...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario