* «Llevaba como dos años y medio en la cárcel y un día que estaba aburrido fui donde la capellana del penal, Jennifer Bennington, y le dije: «Misses Bennington, siento que quiero leer algo» -ella sabía que yo era católico- «¿Usted no tiene algo que le haya llegado sobre la Iglesia Católica para que pueda leer?» Entonces me responde: «Mire me acabo de enterar que llegaron libros del Centro de Paz de Boston, saque lo que usted quiera de allí». Yo fui, me arrimé y saqué dos libros. Uno de ellos era un relato de las apariciones de la Virgen de Medjugorje. Ya en mi celda, apenas lo empecé a leer, en la primera página, lloré como un niño pequeño. Ese libro lo leí todo lleno de lágrimas, yo lloraba y lloraba. Pero lo más importante es que cuando terminé de leer ese libro sentí mi alma diferente. Creo que la Santísima Virgen María me limpió de toda la porquería que yo había recogido con la santería… no fue por un exorcismo ni nada, solo una liberación por ella misma, que me limpió por completo»
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lunes, 3 de junio de 2019
José Adelmo Arias abandonó la fe, traficó con cocaína en Miami, fue adepto a los santeros, y en la cárcel regresó a Dios leyendo un libro de la Virgen en Medjugorge
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