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Bienvenido a Escuchar y a Dar

Este blog, no pretende ser un diario de sus autores. Deseamos que sea algo vivo y comunitario. Queremos mostrar cómo Dios alimenta y hace crecer su Reino en todo el mundo.

Aquí encontrarás textos de todo tipo de sensibilidades y movimientos de la Iglesia Católica. Tampoco estamos cerrados a compartir la creencia en el Dios único Creador de forma ecuménica. Más que debatir y polemizar queremos Escuchar la voluntad de Dios y Dar a los demás, sabiendo que todos formamos un sólo cuerpo.

La evangelización debe estar centrada en impulsar a las personas a tener una experiencia real del Amor de Dios. Por eso pedimos a cualquiera que visite esta página haga propuestas de textos, testimonios, actos, webs, blogs... Mientras todo esté hecho en el respeto del Amor del Evangelio y la comunión que siempre suscita el Espíritu Santo, todo será públicado. Podéís usar los comentarios pero para aparecer como texto central enviad vuestras propuestas al correo electrónico:

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lunes, 3 de junio de 2019

José Adelmo Arias abandonó la fe, traficó con cocaína en Miami, fue adepto a los santeros, y en la cárcel regresó a Dios leyendo un libro de la Virgen en Medjugorge

* «Llevaba como dos años y medio en la cárcel y un día que estaba aburrido fui donde la capellana del penal, Jennifer Bennington, y le dije: «Misses Bennington, siento que quiero leer algo» -ella sabía que yo era católico- «¿Usted no tiene algo que le haya llegado sobre la Iglesia Católica para que pueda leer?» Entonces me responde: «Mire me acabo de enterar que llegaron libros del Centro de Paz de Boston, saque lo que usted quiera de allí». Yo fui, me arrimé y saqué dos libros. Uno de ellos era un relato de las apariciones de la Virgen de Medjugorje. Ya en mi celda, apenas lo empecé a leer, en la primera página, lloré como un niño pequeño. Ese libro lo leí todo lleno de lágrimas, yo lloraba y lloraba. Pero lo más importante es que cuando terminé de leer ese libro sentí mi alma diferente. Creo que la Santísima Virgen María me limpió de toda la porquería que yo había recogido con la santería… no fue por un exorcismo ni nada, solo una liberación por ella misma, que me limpió por completo»

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