Camino Católico.- Vivir con una persona que padece de Alzheimer impone numerosas misiones a quienes lo rodean, incluyendo la de ser un mediador de Dios porque, además de los trastornos de la memoria, el paciente también sufre disturbios de comunicación, y no solo con sus seres queridos sino también con el Señor. Pérdida de la memoria inmediata, cambios de comportamiento, modificaciones afectivas marcadas por la desaparición de las inhibiciones son signos de la enfermedad de Alzheimer.
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