miércoles, 10 de abril de 2024
Bryan Thatcher, médico, se moría por dentro, tenía problemas matrimoniales, fue a la Basílica de Guadalupe y «¡con el mensaje de la Divina Misericordia vi que Dios me ama!»
* «Hubo tantas oportunidades perdidas para ayudar espiritualmente a los moribundos cuando practicaba la medicina, pero me consuela saber que mis oraciones los ayudan ahora. Como doctores es muy importante poner un énfasis católico en nuestro trabajo, que es incluso más importante que el tratamiento físico que damos. Los pacientes no son cuerpos con un montón de partes para estudiar, para jugar; los pacientes tienen mente, cuerpo y alma, y fueron creados para estar con Dios y alabarlo en el cielo por la eternidad»
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