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Bienvenido a Escuchar y a Dar

Este blog, no pretende ser un diario de sus autores. Deseamos que sea algo vivo y comunitario. Queremos mostrar cómo Dios alimenta y hace crecer su Reino en todo el mundo.

Aquí encontrarás textos de todo tipo de sensibilidades y movimientos de la Iglesia Católica. Tampoco estamos cerrados a compartir la creencia en el Dios único Creador de forma ecuménica. Más que debatir y polemizar queremos Escuchar la voluntad de Dios y Dar a los demás, sabiendo que todos formamos un sólo cuerpo.

La evangelización debe estar centrada en impulsar a las personas a tener una experiencia real del Amor de Dios. Por eso pedimos a cualquiera que visite esta página haga propuestas de textos, testimonios, actos, webs, blogs... Mientras todo esté hecho en el respeto del Amor del Evangelio y la comunión que siempre suscita el Espíritu Santo, todo será públicado. Podéís usar los comentarios pero para aparecer como texto central enviad vuestras propuestas al correo electrónico:

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Página web de Escuchar la Voz del Señor

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lunes, 29 de abril de 2024

Irmina: «Estuve clínicamente muerta, me encontré con la Virgen María y Cristo, me desperté y Dios me ha sanado de todo ¡Ha sido un verdadero milagro!»

 


* «Desde que regresé a la vida en la tierra, he estado tratando de cumplir la promesa que le hice a Dios. Hablo mucho de Él, aunque la gente me mire mal o se burle de mí. Rezo por estas personas. Siempre proclamaré que el Señor Jesús está con nosotros todo el tiempo, presente en los sacramentos de la penitencia y la Eucaristía, y que quiere obrar en nuestras vidas, así como milagrosamente obró en mi vida. Después de esta experiencia, dejé por completo las malas compañías y comencé a predicar la Palabra de Dios, primero en los hospitales, donde pasé muchos meses después del accidente. Allí conocí a mucha gente que era incrédula o estaba destrozada. Dios me envió a ellos para darles esperanza. Los entendía bien. Mucha gente se convirtió después de escuchar mi testimonio. ¡Conozco casos en los que personas tras 30 años sin hacerlo se confesaban y comulgaban!»

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