* «Cande empeoró en vez de mejorar. No tenía expectativas de vida. Hasta me llegaron a decir que volviera a Paraná para que muriera en mi casa. La doctora Gladys me dijo: ‘No podemos hacer nada más por ella. Cande se muere esta noche’. Cuando el Padre José Dabusti se acercó a la cama de Cande, rezó y me indicó que pusiese las manos arriba de ella y se la encomendó al Papa Juan Pablo I», afirma Roxana Sosa, madre de Candela
Camino Católico.- Candela Giarda tenía 10 años –actualmente 21- cuando se encontraba en estado vegetativo en la Fundación Favaloro, Buenos Aires (Argentina) y los médicos que la atendían la habían desahuciado. “No podemos hacer nada más por ella. Se muere esta noche”, le dijeron a Roxana, su madre que comenzó a rezarle a Juan Pablo I y, de la noche a la mañana, la situación de su hija se revirtió totalmente.