S. R. ./ (La Razón) Barcelona- El maltrato se ha convertido en una de las principales causas de enfermedad y muerte en la infancia. De las distintas formas de violencia que existen contra los menores, el abuso sexual no sólo es el más grave, sino el más difícil de diagnosticar, según una investigación realizada por pediatras del hospital Sant Joan de Déu de Barcelona.Después de analizar 497 casos de maltrato, se llegó a la conclusión de que tres de cada cuatro víctimas son chicas de entre 11 y 14 años. Ésta es sólo una de las conclusiones extraídas de este trabajo que se presentará en el contexto del LVII Congreso de la Asociación Española de Pediatría que se celebra estos días en Santiago de Compostela. En el caso de los niños, el pico de edad en las víctimas se sitúa en torno a los 8 años. Según el doctor Lluis Comas Masmitja, pediatra y coordinador de la Unidad de Abusos Sexuales del hospital Sant Joan de Déu, «es esencial que el pediatra aprenda a diagnosticar aquellos casos reales de abuso sexual y a hacerlo de la manera adecuada».
Aunque la mayoría de las veces se presupone que el autor de los abusos es el padre, lo cierto es que «en el 22 por ciento de los casos analizados el abusador era una persona allegada a la familia y conocida por la víctima. Le sigue el padre (en un 14 por ciento de los casos) como figura maltratadora; el tío, en un 13 por ciento; el padrastro o pareja de la madre, en un 11 por ciento; un amigo de la víctima, en un 9 por ciento; el abuelo, en un 8; un primo, en un 6; un docente o monitor, en un 6 por ciento; un hermano, en un 5 por ciento, y la madre, en un 1 por ciento», explica el doctor Comas. Sólo en un 5 por ciento de los casos el agresor es una persona desconocida para la víctima.
Además, el trabajo constata que «la mayoría de los abusos sexuales (36 por ciento) se producen en familias que disfrutan de un nivel social medio ».
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