"Esta será una ocasión muy propicia para contemplar aquel misterioso Rostro, que habla silenciosamente al corazón de los seres humanos, invitándoles a reconocer en él el rostro de Dios", indicó el Pontífice al recibir este mediodía en el Aula Pablo VI a siete mil fieles de Turín.
En su discurso, el Santo Padre aseguró "una oración especial al Señor" por las víctimas de las recientes inundaciones en Pinerolo y Cuneo y pidió que "sostenga a cuantos luchan para afrontar esta grave calamidad natural".
En los diez últimos años, dijo, la comunidad diocesana ha realizado "una extensa acción apostólica y misionera, partiendo de un intenso movimiento espiritual centrado sobre todo en la Eucaristía dominical, la adoración eucarística semanal y el descubrimiento de la importancia del Sacramento de la Reconciliación".
Además, continuó el Papa refiriéndose a los fieles, "os habéis preocupado de acercar a los más 'alejados'. Este compromiso misionero lo seguís compartiendo en el presente año pastoral, año de la 'Redditio fidei', cuyo momento culminante es precisamente la solemne profesión de fe que habéis proclamado juntos esta mañana ante la tumba del Príncipe de los Apóstoles".
El Papa alentó a los peregrinos a que "ninguna dificultad, ningún obstáculo frene el amor por el Evangelio de Cristo. Si Jesús es el centro de vuestras familias, de vuestras parroquias y de todas las comunidades, sentiréis viva su presencia y crecerán la unidad y la comunión entre todas las arterias de la diócesis".
"Alimentad, por tanto, constantemente la unión con el Señor en la oración y con la práctica frecuente de los sacramentos, especialmente de la Eucaristía y de la Confesión", pidió el Santo Padre y llamó a preocuparse por "asegurar una formación cristiana continua de los jóvenes y de los adultos".
Distínganse por "las obras de caridad y por un esfuerzo coral al afrontar el gran "desafío educativo" de las nuevas generaciones", agregó.
Finalmente, pidió a la Virgen que "proteja a los sacerdotes y a los agentes pastorales; obtenga a vuestras comunidades numerosas y santas vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada; suscite en los chicos y en las chicas el deseo de seguir el alto ideal de la santidad; sea para todos consuelo y apoyo, especialmente para los ancianos, los enfermos, los que sufren y las personas solas y abandonadas".
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