Sin el amor de nuestros padres, hermanas, hermanos, cónyuges, los amantes y amigos, no podemos vivir. Sin amor morimos.
Sin embargo, para muchas personas este amor les llega roto y de forma limitada. Puede ser viciado por el juego del poder, los celos, el resentimiento, la venganza, e incluso el abuso. No hay amor humano
perfecto. Por eso nuestros corazones tienen deseo de amor. A veces el amor humano es tan imperfecto que apenas podemos reconocerlo como tal.
Con el fin de no ser destruidos por las heridas infligidas por
el amor humano imperfecto, debemos confiar en que Dios es la fuente autentica del amor. La fuente de todo amor. El amor de Dios es ilimitado, incondicional, el amor perfecto, y no está muy lejos de nosotros: es el regalo del Espíritu de Dios habita en nosotros.
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Fuente: Henri Nouwen Society
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