* Radical y partidario de la violencia, sus ideas se transformaron después de salvarse de morir ahogado
12 de septiembre de 2009.- Luis Castañeda «Lucho», originario de Lima, Perú, se crió en una familia católica, fue monaguillo y recibió la Confirmación. Con 17 años, en aquel emblemático 1968, leyó «Hacia una moral sin dogmas», de José Ingeniero, un clásico en la izquierda sudamericana. «Ese libro cuestionó mis creencias», recuerda. «A esa edad mi profesora de ciencias sociales, que era comunista, me recomendaba bibliografía marxista, y yo dejé de ir a misa. La Iglesia me parecía imperialista, opresora, enemiga del pueblo... Luego, en la Universidad, conocí comunistas. Eran todos “pitucos”, que es como llamamos allí a los pijos, niños de familias burguesas. Yo era de Vanguardia Revolucionaria, una especie de secta radical de izquierda. El Che nos parecía blando. Yo militaba 24 horas al día y en dos años creamos 80 células en diversas fábricas. En una de ellas conocí a Margarita. La vi tan sana, tan ingenua, tan distinta, que me enamoré de ella». Su camino de conversión empieza en medio del mar cuando iba a ahogarse. Leer más...
sábado, 12 de septiembre de 2009
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