«Fuimos a misa todos los días para pedirle a Dios y a Joselito que intercedieran por mí bebé, que me hicieran el Milagro... Y así fue: antes de desconectarla les pedí que me dejaran estar con ella y la abracé… La desconectaron y en ese momento puse a mi bebé en manos de Dios y la intercesión de Joselito y en eso abrió sus ojos y me sonrió. Miro a los doctores. y empezó a reírse con ellos y es ahí cuando los médicos no podían explicar lo que había pasado, porque ya estaba hecho todo medicamente y es ahí cuando afirman que fue un Milagro»
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