* «Wimana me decía que su vida no había sido inútil, que había existido para llevarme a mí a Dios. Su vida sí había tenido sentido. Pasé del absurdo a la razón total. Entendí que Dios existía y que Él planificaba y daba sentido a nuestra existencia. Le pedí que me mostrara quién era»
viernes, 22 de enero de 2016
Sor Guadalupe, ermitaña, fue atea, mochilera, escaló el Himalaya, sufrió racismo y en África encontró a Dios en el dolor de una muerte
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