* «Santo Tomás me permitió dar el salto de fe sin saltar fuera de la razón. Él también admiraba a los griegos y conocía a Aristóteles tremendamente bien. Nadie como él integró la lógica y la filosofía racional con la revelación cristiana como su obra maestra, la Summa Teologica. La fe no contradice la razón, sino que nos lleva más lejos y más alto de lo que permite la razón, sirviendo, como decía San Juan Pablo II en Fides et Ratio, como las dos alas que nos elevan a la verdad»
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