«Es importante que tengamos claro que cuando buscamos otorgar el perdón y de corazón lo hacemos, no necesariamente esa persona necesita permanecer en nuestra vida. Es más, pienso que es más inteligente y hasta menos arriesgado si elegimos sacar al ofensor de nuestro entorno y no dar más oportunidades para que nos vuelva a agredir. Esto no quiere decir que nos alegremos si le va mal o que si el día de mañana nos necesita le negaremos nuestro apoyo. Al contrario, es cuando más debemos demostrar nuestra calidad de hijos de Dios y nuestro valor como personas»
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