CaminoCatólico.com.- La misericordia de Jesús por los hombres no decae ni disminuye nunca, a pesar de los rechazos que Él encontró y encuentra hoy. Su amor por cada ser humano es profundo y eficaz para conducirlo, con ayudas eficaces, a la vida eterna, a la salvación. Y además ese amor de Cristo es inmenso, sincero y quiere extenderse a todos.
Es lo que el evangelio nos quiere transmitir con la imagen del buen pastor. Jesús, el buen pastor, se va a buscar la oveja perdida y, si ésta se deja encontrar y ayudar confiando en su Pastor, Él la salvara.
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