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Bienvenido a Escuchar y a Dar

Este blog, no pretende ser un diario de sus autores. Deseamos que sea algo vivo y comunitario. Queremos mostrar cómo Dios alimenta y hace crecer su Reino en todo el mundo.

Aquí encontrarás textos de todo tipo de sensibilidades y movimientos de la Iglesia Católica. Tampoco estamos cerrados a compartir la creencia en el Dios único Creador de forma ecuménica. Más que debatir y polemizar queremos Escuchar la voluntad de Dios y Dar a los demás, sabiendo que todos formamos un sólo cuerpo.

La evangelización debe estar centrada en impulsar a las personas a tener una experiencia real del Amor de Dios. Por eso pedimos a cualquiera que visite esta página haga propuestas de textos, testimonios, actos, webs, blogs... Mientras todo esté hecho en el respeto del Amor del Evangelio y la comunión que siempre suscita el Espíritu Santo, todo será públicado. Podéís usar los comentarios pero para aparecer como texto central enviad vuestras propuestas al correo electrónico:

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Página web de Escuchar la Voz del Señor

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jueves, 4 de abril de 2019

Reena Tolmik, de familia atea: «hablaba con Dios de niña, me bauticé con 10 años luterana. Me reunía con un obispo católico para orientación espiritual, confesé y soy católica»

* «“¡No, no! ¡Tengo mi relación con Dios y a Él mismo le confieso mis pecados!”. Ésta fue mi respuesta al obispo. Unos meses más tarde, cuando se acercaba la Semana Santa, recibí una gracia especial y un deseo de confesar mis pecados al Señor.  No tenía idea de cómo confesar… Pero sabía que estaba en presencia del amoroso y misericordioso Señor, comunicándome con Él y escuchándolo. En el momento de la absolución, entendí lo que me habían contado sobre el sacramento de la Reconciliación. Solo lo entendí cuando recibí la gracia yo misma. El perdón, la curación. Al salir del confesionario, supe que era el momento de mi conversión, a través del Sacramento de la Reconciliación, a través de un encuentro íntimo con el Señor.  El día de mi Primera Comunión me di cuenta de lo que me había estado perdiendo. Fue el Santo Cuerpo de Cristo»

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