* «Mi conversión también es fruto de la oración de mis padres, que rezaron todos los días durante nueve o diez años en los que yo estuve viviendo con estos problemas. Oraban porque no podían hacer otra cosa. Me ofrecieron apoyo psicológico, ir al psiquiatra o a un centro de desintoxicación: Pero yo ni quería ni me servía. Y descubrí que verdaderamente Dios está presente y está actuando en la vida. No es un Dios que está arriba mirándote cómo te estás aquí muriendo en tu sufrimiento y angustia, sino que está pendiente de ti y está actuando en ti, para ti y contigo»
Camino Católico.- Mario Fernández es un joven que desde pequeño se formó en colegios católicos con una familia como la de cualquiera de nosotros. Mario está casado con Amelia y están esperando un hijo y actualmente pertenecen al Camino Neocatecumenal. A la edad de 14 años, Mario se desvincula de la parroquia y empieza a vivir una vida libertina que le hace tomar ciertos hábitos poco recomendables, con adicciones a las drogas y relaciones que no le hacían no ver más allá de ese mundo artificial que se había creado.
«Empiezo a rechazar todo tipo de autoridad, y comienzo a cambiar mi pensamiento, en ese momento pensaba que la iglesia era algo que me impedía ser libre, como no quería eso pues me cobijaba en las drogas, una manera de llenar ese vacío», explica Mario, en el testimonio de conversión.
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