* «Ninguno de nosotros merece la salvación. ¡Ninguno! «Pero yo rezo, ayuno…». Sí, esto te hará bien, pero si no está esta gratuidad al inicio de todo eso, no hay posibilidad. Somos estériles. Todos. Estériles para la vida de la gracia, estériles para ir al cielo, estériles para concebir la santidad. Sólo, la gratuidad. Y es por eso que no podemos presumir de ser justos. Todos somos pecadores el pecado es no custodiar la gratuidad. ¿Soy consciente de que el pecado es no custodiar la gratuidad? El pecado es el deseo de redimirnos a nosotros mismos. En estos días antes de Navidad alabemos al Señor por la gratuidad de la salvación, por la gratuidad de la vida, por todo lo que nos da gratis»
19 de diciembre de 2019.- (Camino Católico) El desierto florecerá. En la misa matutina en la casa Santa Marta, el Papa Francisco usa esta imagen, remitiéndose al profeta Isaías, para recordarnos que Dios es capaz de cambiar todo, gratuitamente, porque este florecimiento parece imposible para el desierto hecho de arena seca. El Papa invita, por lo tanto, a custodiar esta gratuidad: el pecado es el deseo de redimirse a sí mismos.
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