* «Yo, Maga, siempre llevo un rosario en mi bolsa lo agarré y comencé a rezar. ¿Qué recé? No lo sé, no sé si fue un misterio, tres misterios o 20 Rosarios. Yo sólo le pedía a la Virgen de Guadalupe: ‘cuídala, cuídala, cuídala’… En Cambio, a mi, Paco, me costaba mucho trabajo decir ‘hágase tu voluntad’, por miedo a que lo que Él quería no fuera lo que yo quería. Fueron muchas oraciones y peticiones a la Virgen de Guadalupe: en Guadalajara, la Ciudad de México, Veracruz, Monterrey, incluso en Estados Unidos. La cadena llegó a muchos lugares»
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