domingo, 11 de julio de 2021
P. Jean-Christophe de Nadaï, OP: «Tuve una parálisis grave, oré y me ungí con aceite de la Santa Faz y el médico notó sorprendido que mi rostro había recuperado su movilidad»
* «Intentaríamos reducir la inflamación administrando corticosteroides, me dijo el doctor, pero no había certeza de que el nervio facial volviera a la normalidad. Ni siquiera estaba seguro de que los síntomas desaparecieran… Exactamente un mes después del primer síntoma de esa enfermedad, apareció un dolor muy fuerte que me llevó a usar el aceite de la Santa Faz del santuario de Tours ungiendo mi rostro, justo antes de la Misa del mediodía. En lugar del alivio que esperaba, experimenté un dolor intenso en mi rostro. Lo vi como una señal de que Jesús quería que yo participara del misterio de su Pasión. Y luego comencé a orar por ciertas intenciones que me habían sido confiadas. Duró solo unos minutos, después de los cuales el dolor desapareció por completo»
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