* «Sí, Jesús ve al hombre mendicante, y lo escucha, con los oídos del cuerpo y con los del corazón. Pensemos en nosotros, cuando por el camino nos cruzamos con algún mendigo, cuántas veces miramos para otro lado, cuántas veces lo ignoramos, como si no existiera. Y nosotros, ¿escuchamos el grito de los mendigos?»
Vídeo completo de la transmisión en directo de Vatican News traducido al español con las palabras del Papa en el Ángelus
* «Me uno a la amada Iglesia de San Cristóbal de las Casas, en el estado mexicano de Chiapas, que llora al sacerdote Marcelo Pérez Pérez, asesinado el domingo pasado. Un dedicado servidor del Evangelio y del pueblo fiel de Dios. Su sacrificio, como el de otros sacerdotes asesinados por fidelidad al ministerio, sea semilla de paz y de vida cristiana. Estoy cerca de las poblaciones de Filipinas golpeadas por un fortísimo ciclón. El Señor sostenga a ese pueblo tan lleno de fe. Y por favor sigamos rezando por la paz, especialmente en Ucrania, Palestina, Israel, Líbano, para que se ponga fin a la escalada y se ponga en primer lugar el respeto de la vida humana que ¡es sagrada! Las primeras víctimas están entre la población civil: lo vemos todos los días. ¡Demasiadas víctimas inocentes! Vemos cada día imágenes de niños masacrados. ¡Demasiados niños! Recemos por la paz»
27 de octubre de 2024.- (Camino Católico) En el Ángelus de la Plaza de San Pedro, Francisco ha invitado a tener el cuidado y la mirada de Jesús, que escuchó la súplica de Bartimeo, el ciego curado: “Cuando tú te acercas a un pobre y te haces sentir cercano, es Jesús que se acerca a ti en la persona de ese pobre. Por favor, no confundamos: la limosna no es beneficencia. El que recibe más gracia de la limosna es el que la da, porque se hace mirar por los ojos del Señor”.
Tras la oración mariana del Ángelus, el Papa ha recordado el 75 aniversario de las Convenciones de Ginebra y ha renovado su oración por la paz, esperando un despertar de las conciencias: durante los conflictos, la vida y la dignidad de las personas y de los pueblos deben ser respetadas junto con las estructuras civiles y los lugares de culto. Además ha tenido un pensamiento también para Marcelo Pérez, el sacerdote asesinado en México. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la meditación del Santo Padre traducida al español, cuyo texto completo es el siguiente:
PAPA FRANCISCO
ÁNGELUS
Plaza de San Pedro
XXX Domingo del Tiempo Ordinario, 27 de octubre de 2024
Queridos hermanos y hermanas, ¡feliz domingo!
Hoy el Evangelio de la liturgia (Mc 10,46-52) nos habla de Jesús, que cura a un hombre de la ceguera. Su nombre es Bartimeo, pero la multitud, por la calle, lo ignora: es un pobre mendigo. Esa gente no tiene ojos para este ciego; lo dejan, lo ignoran. Ninguna mirada atenta, ningún sentimiento de compasión. Bartimeo tampoco ve, pero oye y se hace oír. Grita, grita fuerte: «¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!» (v. 48). Pero Jesús le escucha y le ve. Se pone a su disposición y le pregunta. «¿Qué quieres que te haga?» (v. 51).
“¿Qué quieres que haga yo por ti?”. Esta pregunta, delante de una persona ciega, parece una provocación y, sin embargo, es una prueba. Jesús está preguntando a Bartimeo a quién busca realmente, y por qué motivo. ¿Quién es para ti el “Hijo de David”? Y así el Señor empieza a abrir los ojos del ciego. Consideramos tres aspectos de este encuentro, que se convierte en diálogo: el grito, la fe, el camino.
En primer lugar, el grito de Bartimeo, que no es solo una petición de ayuda. Es una afirmación de sí mismo. El ciego está diciendo: “Yo existo, miradme. Yo no veo, Jesús. ¿Tú me ves?”. Sí, Jesús ve al hombre mendicante, y lo escucha, con los oídos del cuerpo y con los del corazón. Pensemos en nosotros, cuando por el camino nos cruzamos con algún mendigo, cuántas veces miramos para otro lado, cuántas veces lo ignoramos, como si no existiera. Y nosotros, ¿escuchamos el grito de los mendigos?
Segundo punto: la fe. Jesús ¿qué dice? «Vete, tu fe te ha salvado» (v. 52). Bartimeo ve porque cree; Cristo es la luz de sus ojos. El Señor observa cómo Bartimeo le mira a Él. ¿Cómo miro yo a un mendigo? ¿Lo ignoro? ¿Lo miro como Jesús? ¿Soy capaz de entender sus preguntas, su grito de ayuda? Cuando tú das limosna, ¿miras a los ojos del mendigo? ¿Le tocas la mano para sentir su carne?
Finalmente, el camino: Bartimeo, curado, seguía a Jesús «por el camino» (v. 52). Pero cada uno de nosotros es Bartimeo, ciego dentro, que sigue a Jesús una vez que se ha acercado a Él. Cuando tú te acercas a un pobre y te haces sentir cercano, es Jesús que se acerca a ti en la persona de ese pobre. Por favor, no confundamos: la limosna no es beneficencia. El que recibe más gracia de la limosna es el que la da, porque se hace mirar por los ojos del Señor.
Rezamos juntos a María, aurora de la salvación, para que custodie nuestro camino en la luz de Cristo.
Oración del Ángelus:
Angelus Dómini nuntiávit Mariæ.
Et concépit de Spíritu Sancto.
Ave Maria…
Ecce ancílla Dómini.
Fiat mihi secúndum verbum tuum.
Ave Maria…
Et Verbum caro factum est.
Et habitávit in nobis.
Ave Maria…
Ora pro nobis, sancta Dei génetrix.
Ut digni efficiámur promissiónibus Christi.
Orémus.
Grátiam tuam, quǽsumus, Dómine,
méntibus nostris infunde;
ut qui, Ángelo nuntiánte, Christi Fílii tui incarnatiónem cognóvimus, per passiónem eius et crucem, ad resurrectiónis glóriam perducámur. Per eúndem Christum Dóminum nostrum.
Amen.
Gloria Patri… (ter)
Requiem aeternam…
Benedictio Apostolica seu Papalis
Dominus vobiscum.Et cum spiritu tuo.
Sit nomen Benedicat vos omnipotens Deus,
Pa ter, et Fi lius, et Spiritus Sanctus.
Amen.
Después de la oración mariana del Ángelus el Papa ha dicho:
¡Queridos hermanos y hermanas!
Hoy hemos concluido el Sínodo de los Obispos. Rezamos para que todo lo que hemos hecho en este mes vaya adelante por el bien de la Iglesia.
El 22 de octubre se celebraba el 50º aniversario de la creación, por parte de san Pablo VI, de la Comisión para las relaciones religiosas con el judaísmo, y mañana será el 60º aniversario de la Declaración Nostra aetate del Concilio Ecuménico Vaticano II. Sobre todo, en estos tiempos de grandes sufrimientos y tensiones, animo a los que están comprometidos a nivel local por el diálogo y por la paz.
Mañana se abrirá en Ginebra una importante Conferencia Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, a los 75 años de los Convenios de Ginebra. Que este evento pueda despertar las conciencias para que, durante los conflictos armados, se respeten la vida y la dignidad de las personas y de los pueblos, como también la integridad de las estructuras civiles y de los lugares de culto, cumpliendo el derecho internacional humanitario. Es triste ver cómo en la guerra, en algunos lugares, se destruyen los hospitales y las escuelas.
Me uno a la amada Iglesia de San Cristóbal de las Casas, en el estado mexicano de Chiapas, que llora al sacerdote Marcelo Pérez Pérez, asesinado el domingo pasado. Un dedicado servidor del Evangelio y del pueblo fiel de Dios. Su sacrificio, como el de otros sacerdotes asesinados por fidelidad al ministerio, sea semilla de paz y de vida cristiana.
Estoy cerca de las poblaciones de Filipinas golpeadas por un fortísimo ciclón. El Señor sostenga a ese pueblo tan lleno de fe.
Os saludo a todos vosotros, romanos y peregrinos. En particular, saludo a la Cofradía del Señor de los Milagros, de los peruanos en Roma, a quienes doy las gracias por su testimonio y animo a proseguir en el camino de fe.
Saludo al grupo de ancianos de Loiri Porto San Paolo, a los chicos de la Confirmación de Assemini (Cagliari), a los “Peregrinos de la salud” de Piacenza, los Oblatos Seculares Cistercienses del Santuario de Cotrino y la Confederación de los Pobres Caballeros de San Bernardo de Chiaravalle.
Y por favor sigamos rezando por la paz, especialmente en Ucrania, Palestina, Israel, Líbano, para que se ponga fin a la escalada y se ponga en primer lugar el respeto de la vida humana que ¡es sagrada! Las primeras víctimas están entre la población civil: lo vemos todos los días. ¡Demasiadas víctimas inocentes! Vemos cada día imágenes de niños masacrados. ¡Demasiados niños! Recemos por la paz.
Os deseo a todos un buen domingo. Y por favor no os olvidéis de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta pronto!
Francisco
Fotos: Vatican Media, 27-10-2024
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