
Nunca hasta ahora había sido noticia por motivos extrafutbolísticos: donaba premios a causas solidarias y era un chico normal al que le gustaba tocar la guitarra, leer, estar con sus amigos y dedicar tiempo a su novia. Un cáncer repentino de su padre le hizo volver a los Estados Unidos y pronto se empezó a hablar de él como una de las futuras promesas de la selección nacional de EEUU tras jugar en varios equipos. En el verano de 2008 este joven jugador norteamericano anunció que ibava a dar un giro radical a su prometedora carrera profesional. En el mes de agosto de 2008 ingresó en el seminario para ser sacerdote católico:
"Después de años de discernimiento, siento profundamente que el Señor me ha llamado para convertirme en sacerdote de la Iglesia católica. Jugar profesionalmente al fútbol ha sido mi gran pasión durante mucho tiempo y me siento bendecido por haber vivido de manera exitosa este sueño. Pero mi pasión ahora es hacer la voluntad de Dios, que es querer solamente lo que Él quiere para mí. Es cierto que extrañaré el deporte pero sé que me estoy moviendo hacia algo mucho más grande". Chase cambia de botas: las de fútbol por las del servicio a las almas. Publicamos un vídeo en el que cuenta su testimonio. Ver vídeo...