* «La ciencia ha comprobado en las últimas décadas que las madres cargan remanentes celulares de sus hijos en su cuerpo para siempre. Es muy reconfortante para todas las madres, y especialmente para quienes han perdido hijos en el embarazo o cuyos hijos han fallecido. Tengo cuatro hijos y en mis embarazos nadie me habló de este bellísimo fenómeno. Si lo hubiera sabido, mi experiencia de la maternidad habría sido muchísimo más sagrada… Nuestro Señor no solo redimió nuestro cuerpo, sino que redimió también cada etapa de nuestra existencia y cada célula de nuestro cuerpo. No nos debe sorprender, entonces, que seamos seres relacionales incluso a nivel celular, porque Dios, autor de toda ciencia, incluida la biología, es un ser relacional»