* «Yo encontré en la vocación a religiosa lo que estaba buscando. Sentía que era lo que me faltaba. Antes era feliz pero yo quería ser muy feliz. En la liturgia no solo rezamos por nosotras o por nuestras intenciones particulares sino por el mundo entero. Es muy valioso. Estar aquí repercute en todo el mundo. Una oración continua. Siento que salvo el mundo con mi oración»