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sábado, 29 de septiembre de 2007

Buscar lo mejor / Autores: Franciscanos de Corazón

Somos lo que elegimos, lo que optamos. Dios no impone nada, solamente ofrece, dejando al hombre la libertad de decidir. Muchos prefieren las joyas, los coches, los caminos fáciles. Hay sendas para los más variados deseos, pero hay cosas que la herrumbre no corroe. Son los ideales nobles, el bien, la fraternidad, la alegría, el Evangelio.

¿Por qué será tan difícil preferir la paz en lugar de la guerra; el amor, en lugar del odio; la generosidad, en lugar del egoísmo; la acción, en lugar de la comodidad; la confianza, en lugar del orgullo; el perdón, en lugar de la envidia; el desprendimiento y la pobreza, en lugar de la satisfacción; el corazón de niño, en lugar de la vanidad ?

¿ Por qué será tan difícil elegir al Creador en lugar de la criatura; el sacrificio, la renuncia, lo correcto, lo humano, el deber, en lugar del placer ?
¡Ojalá que todos sepan optar: los padres, las madres, los jóvenes, los niños!
En todo momento debemos decidir.
Podemos siempre escoger las cosas mejores:
la luz, en lugar de las tinieblas;
la comunión de vida, en lugar de la soledad;
la unión, en lugar de las separaciones;
la verdad, en lugar de la mentira;
Dios, los hombres y la familia, en lugar de la evasión y de la irresponsabilidad.

Para ser feliz, decídete por lo verdadero, lo justo, lo difícil.
Felicidad es sinónimo de sacrificio, de renuncia, de abnegación. En todo tiempo lleva a tus hermanos a vivir la fraternidad.
El mundo necesita de fraternidad, la que depende de ti y de tus elecciones. Trata con amabilidad a todos. El pasajero que viaja a tu lado no es tu enemigo ni tu competidor. Es un hermano a quien debes tratar con amabilidad.
No rezongues con el fin de desahogarte. Busca consolar, más que ser consolado. Y, aunque sea sin darte cuenta, serán recompensadas las benevolencias de tu corazón.
Nunca es tarde para hacer el bien, para ser hermano, para decir; cuenta conmigo.
La decisión es tuya.
Piensa y resuélvete siempre para lo mejor.

Entre tú y Dios / Enviado por Julio Orellana

A veces las personas son egoístas, ilógicas e insensatas.. .
Aún así, perdónalas.
Si eres amable, las personas pueden acusarte de egoísta e interesado.. .
Aún así, sé gentil.
Si eres vencedor, tendrás algunos falsos amigos y algunos enemigos verdaderos.. .
Aún así, vence.
Si eres honesto y franco, las personas pueden engañarte...
Aún así, sé honesto y franco.
Lo que tardaste años para construir, alguien puede destruirlo de una hora para otra.
Aún así, construye.
Si tienes paz y eres feliz, las personas pueden sentir envidia...
Aún así, sé feliz.
El bien que hagas hoy, puede ser olvidado mañana...
Aún así, haz el bien.
Da al mundo lo mejor de ti, aunque eso pueda nunca ser suficiente.
Aún así... da lo mejor de tí mismo.
Y recuerda que, a fin de cuentas...
Es entre tú y Dios, nunca fue entre tú y ellos...

El Ángel de la inspiración / Autora: Vivy

Soy el Ángel de la inspiración.
Cuanto me gustaría estar siempre en tu vida llenándote de ilusiones bellas, ideales divinos y logrando su cristalizació n porque tu eres la razón de mi alegría; tu me has traído hasta aquí para elevar tus pensamientos recuerdas.

Muchas veces me has llamado y siempre he acudido, pero después has olvidado de mí. Hoy sin embargo, he recibido una encomienda especial. Nuestro Padre divino te envía suspiros de amor para que los deposites en tu vida... En tu espacio... en tu día Y por eso entre fulgores Celestiales, luces de colores y aromas de flores, me presento ante ti para llevarte en divino éxtasis hasta los Cielos infinitos del Amor.

Escucharas nuestras voces angelicales, conocerás donde embelesados observamos tu vida cada vez que te motiva algún pensamiento de Amor inspirado desde aquí tu hogar Celestial. Ahora cierra los ojos y aspira profundamente escucha con tu corazón.
El Amor flota sobre ti....
el Amor se impregna en tu aura....
el Amor.

Las tres Avemarías / Autor: P. Ángel Peña Benito, O.A.R.

En las Revelaciones de santa Matilde se lee que la Virgen María le dijo
con relación a su petición frecuente de que la asistiera en la hora de
la muerte:

Sí, lo haré; pero quiero que por tu parte me reces diariamente tres
avemarías, conmemorando en la primera el poder recibido del Padre eterno;
en la segunda, la sabiduría con que me adornó el Hijo y, en la tercera,
el amor de que me colmó el Espíritu Santo.

Esta devoción de las tres avemarías fue recomendada por algunos Papas
como Pío IX, que las rezaba cada día después de cada misa. Y esta
costumbre de rezar tres avemarías después de la misa, la extendió el Papa
León XIII a todos los sacerdotes de la Iglesia. Muchos santos también
aconsejaron esta devoción, especialmente, san Leonardo de Puerto Mauricio y
san Alfonso María de Ligorio.

¡Cuántas personas han podido comprobar en su propia vida la eficacia de
esta devoción de las tres avemarías! Un pequeño obsequio, ofrecido a
María, nos puede obtener la salvación, aunque sólo sea un avemaría.
Veamos algunos ejemplos.

- Un famoso sacerdote, que tanto escribió en la prensa francesa, con el
seudónimo de Pierre L´Ermite, contaba el siguiente suceso como
auténtico:

Un maestro impío había descristianizado a sus alumnos en los diferentes
lugares en que había sido profesor. Al llegar la segunda guerra
mundial, se unió a un grupo de fugitivos. Pero los muchos sufrimientos que
debía soportar en los montes, lo llevaron a la desesperación y decidió
quitarse la vida. Se separó de sus compañeros y se sentó junto a un
árbol, sacando su revólver, con el que quería darse muerte. Pero, en ese
momento, acordándose de una costumbre que había tenido en su infancia y
que había olvidado durante 40 años, comenzó a rezar tres avemarías.
Apenas terminó de rezarlas, sintió una fuerza sobrenatural y desechó la idea
del suicidio uniéndose a sus compañeros. A partir de ese momento,
comenzó una auténtica vida cristiana, que procuraba inculcar a todos los
que encontraba. Las tres avemarías de última hora, le habían obtenido la
gracia de la vida y de la conversión.

TESTIMONIOS-

En 1959, el padre redentorista Luis Larrauri confesó a un mudo. Dice
así: Después de haber dirigido una misión popular, el hijo de un
caballero me suplicó que fuera a confesar a su padre, que llevaba tres meses
mudo y estaba gravísimo por efectos de una embolia. Fui a su casa y
entré en la habitación del enfermo. Le dije:

- Esté usted tranquilo, yo le haré preguntas y usted me responde sí o
no con la cabeza.

Entonces, el caballero rompió a llorar. Y con voz alta y distinta se
confesó. ¡Yo no salía de mi asombro! Y él me dijo:

- Padre, usted va a comprender inmediatamente por qué hablo en estos
momentos. Desde los diez años tomé la costumbre de rezar por la mañana y
por la tarde las tres avemarías, que me aconsejaron los misioneros.
Desde los catorce años, perdí toda práctica religiosa, menos las tres
avemarías. Ningún día las omití, pidiendo también la gracia de no morir sin
hacer una buena confesión, porque necesitaba confesarme bien desde mi
primera comunión a los ocho años…

Al terminar la confesión, quedó mudo otra vez. A las doce de la noche,
de ese mismo día, había muerto en la paz de Dios.

- Un misionero del Perú contaba que, en 1967, hizo una visita turística
a un pueblecito de la cordillera de los Andes. Al regresar, el coche
se averió en un pequeño poblado perdido en la inmensidad de aquellos
montes. Mientras el mecánico arreglaba el coche, se le acercó un hombre de
mediana edad que, dirigiéndose a él, que llevaba sotana, le dijo:

- Padrecito, le ruego venga conmigo a mi casa, porque mi madre anciana
está muy enferma y quiere un sacerdote. El sacerdote más próximo está a
300 km de aquí y no hay tiempo para ir a buscarlo, porque puede
morirse en cualquier momento.

Al llegar el sacerdote a su casa, la anciana le dijo que, durante toda
su vida, le había pedido a Dios la gracia de no morir sin confesión,
rezando tres avemarías por esta intención. Y Dios le concedía ahora esa
gracia por medio un sacerdote, que se había detenido en el poblado por
efecto de una avería, que Dios había permitido, para ayudar a aquella
anciana a morir bien confesada y preparada para el viaje a la eternidad.
Ciertamente, las tres avemarías, rezadas todos los días a la Virgen, le
habían obtenido esa gracia de Jesús por intercesión de María.

- Otro misionero, párroco en el Cuzco (Perú), decía: En mi extensa
parroquia y con la colaboración de los catequistas, he difundido la
devoción de las tres avemarías. En junio de 1969, pasé por una hacienda muy
alejada ,cuyo dueño era anciano. Había sido seminarista, pero se había
unido a su esposa sin casarse por la Iglesia. Aproveché la visita para
dejarle una estampa sobre la devoción de las tres avemarías,
recomendándole que las rezara todos los días.

A fines de octubre, vinieron a buscarme para que fuera con urgencia a
visitarlo, porque estaba muy grave y quería recibir los sacramentos. Me
dijo que había rezado todos los días las tres avemarías y que quería
confesarse y casarse con la bendición de Dios. Media hora después del
matrimonio y de recibir la comunión, murió en la paz de Dios.
Una vez más, María había demostrado que el pequeño obsequio de las tres
avemarías lo tomaba muy en serio, para recomendar a sus devotos ante
el tribunal de Dios.

- Un misionero redentorista contaba que, en 1959, envió la estampa con
la devoción de las tres avemarías a diez mil enfermos. Al poco tiempo,
le llamaba un hombre ilustre en el mundo de las Letras y de la
Jurisprudencia, al que conocía desde hacía ocho años. Le dijo que quería
confesarse, después de más de cincuenta años. El misionero le preguntó:

- ¿Por qué?
- Desde que recibí su carta, tomé la estampa y empecé a rezar las tres
avemarías. Y esta mañana he sentido el impulso de confesarme.

Y el padre dice: Lo confesé y, al mes exacto, moría de repente con la
alegría de estar bien confesado, pues se había confesado de nuevo dos
días antes de morir.

El arte de dar lo que no se tiene / Autor: José Luis Martín Descalzo

A Gerard Bessiere le ha preguntado alguien cómo se las arregla para estar siempre contento. Y Gerard ha confesado cándidamente que eso no es cierto, que también él tiene sus horas de tristeza, de cansancio, de inquietud, de malestar. Y entonces, insisten sus amigos, ¿cómo es que sonríe siempre, que sube y baja las escaleras silbando infallablemente, que su cara y su vida parecen estar siempre iluminadas?. Y Gerard ha confesado humildemente que es que, frente a los problemas que a veces tiene dentro, él "conoce el remedio, aunque no siempre sepa utilizarlo: salir de uno mismo", buscar la alegría donde está (en la mirada de un niño, en un pájaro, en una flor) y, sobre todo, interesarse por los demás, comprender que ellos tienen derecho a verle alegre y entonces entregarles ese fondo sereno que hay en su alma, por debajo de las propias amarguras y dolores. Para descubrir, al hacerlo, que cuando uno quiere dar felicidad a los demás la da, aunque él no la tenga, y que, al darla, también a él le crece, de rebote, en su interior.

Me gustaría que el lector sacara de este párrafo todo el sabroso jugo que tiene. Y que empezara por descubrir algo que muchos olvidan: que ser feliz no es carecer de problemas, sino conseguir que estos problemas, fracasos y dolores no anulen la alegría y serenidad de base del alma. Es decir: la felicidad está en la "base del alma", en esa piedra sólida en la que uno está reconciliado consigo mismo, pleno de la seguridad de que su vida sabe adónde va y para qué sirve, sabiéndose y sintiéndose nacido del amor. Cuando alguien tiene bien construida esa base del alma, todos los dolores y amarguras quedan en la superficie, sin conseguir minar ni resquebrajar la alegría primordial e interior.

Luego está también la alegría exterior y esa depende, sobre todo, del "salir de uno mismo". No puede estar alegre quien se pasa la vida enroscado en sí mismo, dando vueltas y vueltas a las propias heridas y miserias, autocomplaciéndose. Lo está, en cambio, quien vive con los ojos bien abiertos a las maravillas del mundo que le rodea: la Naturaleza, los rostros de sus vecinos, el gozo de trabajar.

Y, sobre todo, interesarse sinceramente por los demás. Descubrir que los que nos rodean "tienen derecho" a vernos sonrientes cuando se acercan a nosotros mendigando comprensión y amor.

¿Y cuando no se tiene la menor gana de sonreír? Entonces hay que hacerlo doblemente: porque lo necesitan los demás y lo necesita la pobre criatura que nosotros somos. Porque no hay nada más autocurativo que la sonrisa. "La felicidad -ha escrito alguien- es lo único que se puede dar sin tenerlo". La frase parece disparatada, pero es cierta: cuando uno lucha por dar a los demás la felicidad, ésta empieza a crecernos dentro, vuelve a nosotros de rebote, es una de esas extrañas realidades a las que sólo podemos acercarnos cuando las damos. Y éste puede ser uno de los significados de la frase de Jesús: "Quien pierde su vida, la gana", que traducido a nuestro tema podría expresarse así: "Quien renuncia a chupetear su propia felicidad y se dedica a fabricar la de los demás, terminará encontrando la propia". Por eso sonriendo cuando no se tienen ganas, termina uno siempre con muchísimas ganas de sonreír.

Dios no se da por vencido / Autora: Graciela Gutierrez

"Y Dios amo tanto al mundo que nos dio a su único Hijo. Quien crea en El no perecerá y tendrá vida eterna" ( Juan 3,16)

Esta es la joya, esperanza de la Biblia ..."Dios amo tanto al mundo que nos dio a su único Hijo"

Muchas de las veces metemos las narices donde no debemos, creemos que obtendremos algo y solo resulto caos, nos quedamos casi sin respirar. Menciona Max Lucado en su documental Juan 3: 16:

"En un establo había una vaquita que metió su nariz en un bote de pintura y ya no la pudo sacar, difícilmente podía respirar. Cuando vinieron a ayudarla huyo, y la persiguieron por tres días hasta que lograron lazarla y quitarle el bote de la nariz."

Asi somos los humanos Dios nos busca, nos trata de ayudar y huimos.
"¿Conocen a ustedes gente de corazón duro? Ofrezcanle este corazón duro al Señor". Saquemos la tensión descansemos con confianza en Dios.

"¿Conocen gente que mete la nariz donde no deba meterla?". Pues así surgen los problemas, el caos, la guerra, corazones destruidos. ¿Son ustedes personas enlatadas que no se dejan ayudar?. Cuando Dios viene a ayudarlos escapan, corren?

Demos esperanza y creemos corazones suaves que descansen en Dios,respiremos lento y tranquilos que Dios todo lo ve. ¿Que hay crueldad y locura en el mundo? Si el mundo es duro, pero nuestro corazón no. El mundo es duro y cruel pero nuestro corazón no tiene que ser así.

Cuantas almas mal nutridas, cuantas personas deshidratadas, cuantas personas hambrientas, cuantas niños abusados, cuantos rompe corazones y Dios ve ese mundo y aun así El nos ama. PORQUE DIOS NO SE DA POR VENCIDO, nos busca, nos sigue, nos ama.
Es tu corazón duro elevalo a Dios.
Max Lucado en su gradación Juan 3:16

Un abrazo hermanos católicos y amigos con mucho cariño el Señor los colme de bendiciones, descansemos en El, respiremos tranquilos el NO SE DEJA VENCER.

No metamos la nariz donde no podamos despues sacar la cabeza para respirar.

viernes, 28 de septiembre de 2007

Los diez mandamientos del relativismo / Autor: Eulogio López

Para dialéctica de altura la del siglo XIX y primera parte del XX. Desde entonces, desde el fin de la II Guerra Mundial hasta ahora, vivimos de prestado. Los tratados se han convertido en eslóganes y la búsqueda de la verdad en búsqueda de la búsqueda: en definitiva, en la turbadora tentación de que la verdad no existe, por lo que el conocimiento no merece la pena: lo único que merece la pena es la divagación eterna e infructuosa sobre las formas de conocimiento.

La cosa empezó a torcerse con Descartes, pero en el siglo XX alcanzó su plenitud, es decir, alcanzó el desastre. Es como si la razón hubiera sido recluida en una prisión y con ella la libertad. Recluida, claro está en nombre de la libertad de pensamiento. El progreso intelectual de la civilización occidental ha degenerado en un círculo oriental, del que es imposible salir.

En Occidente le llamamos relativismo, pero en el fondo el relativismo no esconde más que la anulación del hombre como ser racional y, con ello, la anulación de su libertad. Vivimos en el universo de la contradicción permanente. Analicemos la situación en unos pocos aforismos, que son lo mandamientos vigentes.

El primero y más importante de todos, que los engloba a todos, que los resume y abarca a todos, es el siguiente:

1. “Nada es verdad ni nada es mentira, todo depende del color del cristal con que se mira”. Ahora bien, la frasecita de Campoamor, que revela como ninguna otra el fin de las verdades absolutas, es la que incurre en la primera contradicción flagrante: nada es verdad ni nada es mentira… menos esta frase, este principio, este dogma aniquilador.

2. “Prohibido prohibir”, tradujeron los del mayo francés, una generación que continúa sin abandonar el poder. Ahora bien, si prohibimos prohibir, ya hay algo que sí está prohibido: prohibir.

3. “Todo es opinable”, aseguran los hombres de la sociedad de la comunicación. Sí, todo es opinable; todo menos justamente eso: que todo sea opinable.

4. “Los dogmas son inadmisibles”. Salvo justamente el que a acabo de enunciar, indemostrable pero de aplicación forzosa. En cualquier caso, el hombre siempre parte de un dogma para concluir, tanto en el pensamiento deductivo como en el inductivo.

5. “Libertad de pensamiento”. Muy cierto, pero dos más dos sólo son cuatro en base 1 y por definición. Nadie comienza pensar desde cero, sino desde un eje de coordenadas que le viene dado. El pensamiento humano está sometido a reglas estrechas, que componen lo que se conoce como la ciencia de la lógica: no damos para más y no es para avergonzarse de ello. A fin de cuentas, mal de muchos...

6. “Toda idea, principio o creencia es tan respetable como otra”. ¿Todas? No, porque la que acabo de escribir vale mucho más que cualquier otra y es acreedora del mayor de los respetos.

7. “Eduquemos en libertad”. Pero eso es imposible: si concedemos libertad al alumno para someterse o rechazar la educación, seguramente optará por la libertad de no educarse, sobre todo si piensa en el sometimiento y el esfuerzo que implica el hacerlo. Lo único que importa es la tolerancia, no las ideas que se toleran. Es más, la misma libertad de expresión es un atentado contra la libertad ajena, en cuanto pude influir en el interlocutor.

8. “No acepto aquello que no sea demostrable”. Pero ni tan siquiera puedo demostrar nuestra existencia. Lo empíricamente demostrable no alanza ni el 0,1% e lo conocimientos humanos. Tampoco puedo dar razón de mi existencia.

9. “Lo que se ve, existe, y lo que no se ve, no existe”. Pero nuestros sentidos nos engañan. Además, de esta forma no existirían la lunas de Júpiter, ni el amor, ni el dolor, ni la belleza, ni el arte, ni la literatura… Además, ¿estamos seguros de que la vida no es sueño y ensueño no es la verdadera vida?

10. “Noie puede decir lo que está bien o lo que esta mal”. Pero esta política de no injerencia es buena en sí misma, así abandono loa numerosos desarrollos en forma de juicios morales, esos juicios que constantemente estamos pronunciando. Es más, si en algo creemos es en nuestras críticas al próximo o en nuestros halagos (en ésos menos, dado que resultan menos numerosos).

No me extraña que el hombre actual esté mareado. Sufre de vértigo intelectual y sus síntomas son: falta de personalidad, acentuada inseguridad en sus talentos. O sea, que el relativismo le ha llevado al complejo de inferioridad, a la tristeza: Porque el hombre puede ser bueno o malo, sabio o ignorante, pero lo que su propia naturaleza racional no puede aceptar jamás sin romperse en pedazos es vivir en la contradicción. El único velo capaz de ocultar la incoherencia es la locura. Y ésa es, precisamente, la meta lógica de todo relativismo.

El pan bendito del Padre Pío. Lee esto para que tu fe no se debilite. / Autor: P. Ernesto María Caro


Queridos hermanos:

Recientemente recibí este comunicado que he sabido que circula tanto por Internet como por las casas, pasándose de persona a persona. Les escribo, por si llega a sus manos, para que tengan ustedes una explicación, y que este comunicado sirva para aclarar y fortalecer su fe en el Señor y no dejarnos engañar por estos escritos que solo buscan socavar nuestra fe, ya que este tipo de cadenas solo perjudican la fe de nuestro pueblo cristiano, llevándolo a creer en prácticas supersticiosas.

Debemos de tener siempre en cuenta que los autores de estas cadenas inventan toda clase de mentiras y amenazas para hacer que circulen sus mensajes. Es una obra del demonio, que siempre busca confundir a los hijos de Dios y llevarlos al camino de la superstición, para de ahí debilitar su fe. El camino del cristiano está claramente indicado en la Sagrada Escritura, en el magisterio de nuestra Iglesia y no en este tipo de mensajes y prácticas supersticiosas.

A continuación hago un pequeño comentario del mensaje para que vean con claridad la falsedad e incongruencia de este y no dejemos que más hermanos se vean atrapados en estas artimañas. He puesto en cursiva, azul y entre "quotas" ( « » ) el mensaje original.


« EL PAN BENDITO DEL PADRE PIO »

Para empezar, no hay pan que pueda en sí mismo estar bendito. Para que algo esté bendito tiene que ser bendecido por un ministro de la Iglesia (Obispo, Sacerdote, Diácono) y solo ese objeto queda bendito. No se pude dar la bendición por contacto (ponerlo junto a...), ni por ampliación (creencia en cuanto a que si se agrega agua bendita en el agua sin bendecir, ésta también queda bendita: esto es falso).

Por otro lado, hasta donde sabemos S. Padre Pío no hizo jamás pan, ni creó una receta “mágica” para que el pueblo de Dios recibiera bendiciones a través de esto. Si lo hubiera hecho, ciertamente no seria santo sino un brujo.


« Este pan es llamado Hemin, es el pan del Padre Pío y viene del Vaticano.
Trae bendiciones a cada familia que lo coma.
En el día 10 usted deberá dar este pan a otra persona »


Esto de nuevo parece una fórmula mágica, con bendiciones especiales. Cualquier persona instruida sabría que el P. Pío no vivió jamás en el Vaticano sino en Pieltrecina, donde murió en su convento. Además, no sabemos qué significa eso de “Hemin”. Quienes hacen estos mensajes buscan poner nombres extraños que más bien parecen estar ligados con ritos mágicos o al menos supersticiosos.

« RECUERDA, NO DEBES RECHAZAR ESTE PAN UNA VEZ QUE SE TE DÉ »

Ésta es la típica amenaza de las cadenas... ¿qué pasaría si no lo hago? ¿Dios me va a castigar, va a mostrar su cólera contra mí por haber rechazado un pan? Hermanos: Dios NO nos castiga como merecemos por rechazar el Pan Eucarístico y la palabra de su hijo Jesucristo y, ¿nos va a castigar por no pasarle a otra persona un pan o por no recibirlo en nuestras casas? Por supuesto que no. Sin embargo, las amenazas es lo que le da fuerza a la cadena para que pueda circular.

Ahora viene la formula MÁGICA que, la verdad, podría haber sido otra, un poco más interesante:

« QUÉ HACER:

Cuando recibas la masa del pan, ponla en un recipiente de vidrio y cúbrela con papel transparente o con papel wax, dejalo en un sitio de la casa a temperatura ambiente.

**NUNCA PONGAS LA MASA EN LA NEVERA**

En el día 1 y 2: No toques la masa, el pan se esta adaptando a tu casa »


Esto de no tocar la masa pues “se está adaptando a tu casa” tiene todos los principios del New Age. Estas son conocidas prácticas Esotéricas, prohibidas por la Iglesia.

« En el día 3 y 4: Mezclar bien la masa con una cuchara de madera una vez al día.

En el día 5: Agregue a la masa 1 taza de leche, 2 tazas de harina y 1 taza de azúcar y mezclar bien con una cuchara de madera.

En el día 6, 7, 8 y 9: Mezclar la masa con una cuchara de madera una vez al día »


El tema de la cuchara de madera, de nuevo pone en evidencia el carácter esotérico de la “receta”.

« En el día 10: Agregue a la masa, 1 taza de leche, 2 tazas de harina y 1 taza de azúcar. Mezcle todo con una cuchara de madera. Cuando esté bien mezclado divida la masa en 4 porciones iguales, quédese con una porción y distribuya las restantes a 3 personas diferentes que usted considere que harán el pan. »

Para que la cadena funcione siempre es importante buscar personas ignorantes que puedan continuar con la cadena. De lo contrario se detendrá y no tendrá el efecto nocivo que está buscando el demonio. Esto, porque una vez que la familia lo haga estará ya en las garras de la superstición... y poco a poco irán destruyendo su fe con otras prácticas que seguramente llegarán o buscarán.

« A su porción usted deberá agregarle 1/4 de taza de azúcar, 3 huevos, 1/4 de taza de aceite y 2 cucharaditas de polvo para hornear. Mezcle bien con la cuchara de madera. Precaliente el horno a 325. Engrase un molde de 9 X 13 y coloque la masa en el horno por espacio de 35 a 40 minutos.

****RECUERDE USTED SOLAMENTE DEBE HACER EL PAN DE HEMIN UNA VEZ EN LA VIDA****
»


Resulta que ya no es el “pan del P. Pío” sino de HEMIN... como ves, querido hermano, esto es una clara burla y una trampa para la fe. Más que un pan de bendición, esta parte final nos inspira a pensar en una serie de maldiciones que ocurrirán si lo repetimos. Más trampas para los ingenuos y faltos de fe en Jesucristo. Solo bastaría recordar las palabras del Apóstol Pablo: ¿Quién nos apartará del amor de Cristo Jesús? (te invito a leer el texto Rm 8, 31-39):

Ante esto ¿qué diremos? Si Dios está por nosotros ¿quién contra nosotros?
El que no perdonó ni a su propio Hijo, antes bien le entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará con él graciosamente todas las cosas? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? = Dios es quien justifica. = ¿Quién condenará? = ¿Acaso Cristo Jesús, el que murió; más aún el que resucitó, el que está a la diestra de Dios, y que intercede por nosotros? ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿los peligros?, ¿la espada?, como dice la Escritura: = Por tu causa somos muertos todo el día; tratados como ovejas destinadas al matadero. =
Pero en todo esto salimos vencedores gracias a aquel que nos amó. Pues estoy seguro de que ni la muerte ni la vida ni los ángeles ni los principados ni lo presente ni lo futuro ni las potestades ni la altura ni la profundidad ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro.


Es necesario que regresemos a la Sagrada Escritura y que dejemos que nuestra vida sea dirigida por ella y no por todos los escritos y prácticas esotéricas (como esta) ni por todas las supersticiones que circulan por internet o en escritos como estos.

Que Dios nuestro Señor te dé siempre la sabiduría y la luz para no caer en estas trampas del poder las Tinieblas. Camina siempre en la luz de Cristo y serás plenamente feliz.

Amados hermanos, los invito a comer del Pan verdadero: "Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no volverá a tener hambre; el que cree en mí nunca tendrá sed". Jn 6, 35

Como María, todo por Jesús y para Jesús.

jueves, 27 de septiembre de 2007

Pequeñez, perdón y acción de gracias para consolidar la comunidad / Autores: Conchi y Arturo


El próximo sábado 29 de septiembre se celebra la festividad de los Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael.

Miguel: (Ap 12:7-9) significa "quien como Dios". Venció y expulsó a Satanás del cielo.

Gabriel: (Lc 1:11-20; 26-38) "el que gobierna o mensajero de Dios".

Rafael: (Tobit 12:6, 15) "el que cura o sana". El arcángel cercano a los hombres para aliviarlos en su dolor y sufrimiento.

Vamos a profundizar hoy en las actitudes comunitarias a través del significado de los nombres de los Arcángeles.

Se llama Rafael pero le gusta que le llamen Rafa. Es sacerdote, párroco y arcipreste.
A él queremos dedicar estas lineas no tanto por devoción y admiración personal como por agradecimiento. Desde hace un año es el responsable de nuestra comunidad parroquial. Hombre sencillo, callado, próximo, atento y sobre todo ungido por el Espíritu de Dios. Trabaja muchas horas aunque él no lo pregona. A veces está muy cansado, pero cuando predica con debilidad física, emocional y espiritual, cuando él cree que ya no puede, es en el momento que ha cumplido en nosotros y en muchas otras personas la misión del significado de su nombre: "el que cura o sana".

Todos tenemos la llamada a servir lavando los pies a nuestros hermanos y dejando que ellos hagan con nosotros lo mismo. Cuando dejamos más libertad a Dios es cuando le servimos cansados, pero creyendo en su presencia en nosotros y en los demás. Las palabras de San Pablo en 2º de Corintios 12, 9 son muy clarificadoras: "Mi gracia te basta, que mi fuerza se muestra perfecta en la flaqueza". Por tanto, con sumo gusto seguiré gloriándome sobre todo en mis flaquezas, para que habite en mí la fuerza de Cristo.

Rafael Maroto Cifuentes es el nombre completo de nuestro párroco, amigo y sabio consejero desde su callado caminar. Él tiene claras sus limitaciones y con su testimonio el Señor ha hecho crecer en un año una comunión silenciosa pero real, ausente pero presente. No vive en nuestra casa pero está en ella. Y parece que sean alabanzas a alguien que desea ocupar los primeros lugares. Cuando puede delegar algo lo hace. Él confía en el Señor que habita en las personas y a quien intenta llevar en cada detalle cotidiano de su vida. Creemos que su presencia espiritual a impregnado muchas de las casas de las parroquias, comunidades y lugares de trabajo.

Explicábamos que es la primera vez que sentimos las presencia y a la vez la ausencia de alguien con quien desearíamos compartir más horas y a veces sólo son unos minutos muy breves, los suficientes para gozar dando gracias a Dios el resto del día. Sabes que él está ahí dispuesto a curar cualquier herida en nombre de Cristo.

Creemos que si Dios puede ser fuente de Agua Viva para los demás sin que él ni tenga la más mínima pretensión, es porque es humilde y muy consciente de sus limitaciones. El sentirse débil, ni necesario, ni imprescindible y muchas veces impotente, le hace entregar su corazón a Dios pidiendo perdón y dando gracias a la vez por todo.

No estamos escribiendo estas lineas para quedar bien sino para compartir lo que hemos aprendido de un sacerdote de 48 años, que hace un año conocimos y que ha sido luz para nuestro camino. Decimos esto porque si no fuera así no estaríamos intentando dar tres llaves del camino comunitario que el Señor ha profundizado en nuestro corazón a través de Rafa: la capacidad de perdón, el reconocimiento de la debilidad propia y el dar gracias siempre y en todo lugar por la vida que Dios nos ha regalado aunque esté repleta de dificultades.

Hablamos no de los esfuerzos de Rafa humanos, de sus cualidades y sus defectos, sino del rostro de Dios manifestado en su vida por el don del Espíritu Santo. Como diría San Pablo Dios nos libre de gloriarnos sino es en nuestro Señor Jesucristo. Eso es lo que Rafa pretende cada mañana cuando se levanta. Y nos lo ha enseñado en la práctica. Todos tenemos la llamada a dejar que Jesús crezca en nosotros y el ego personal disminuya hasta morir a nosotros mismos.Para que quede claroa nuestra intención hacemos servir el testimonio de Rafa para edificación de todos y de nosotros mismos en el sentido que explica San Pablo en la 1ª de Corintios, 2:

Pues yo, hermanos, cuando fui a vosotros, no fui con el prestigio de la palabra o de la sabiduría a anunciaros el misterio de Dios, pues no quise saber entre vosotros sino a Jesucristo, y éste crucificado. Y me presenté ante vosotros débil, tímido y tembloroso. Y mi palabra y mi predicación no tuvieron nada de los persuasivos discursos de la sabiduría, sino que fueron una demostración del Espíritu y del poder para que vuestra fe se fundase, no en sabiduría de hombres, sino en el poder de Dios.
Sin embargo, hablamos de sabiduría entre los perfectos, pero no de sabiduría de este mundo ni de los príncipes de este mundo, abocados a la ruina; sino que hablamos de una sabiduría de Dios, misteriosa, escondida, destinada por Dios desde antes de los siglos para gloria nuestra, desconocida de todos los príncipes de este mundo - pues de haberla conocido no hubieran crucificado al Señor de la Gloria -.
Más bien, como dice la Escritura, anunciamos: = lo que ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni al corazón del hombre llegó, lo que Dios = preparó = para los que le aman. =
Porque a nosotros nos lo reveló Dios por medio del Espíritu; y el Espíritu todo lo sondea, hasta las profundidades de Dios.
En efecto, ¿qué hombre conoce lo íntimo del hombre sino el espíritu del hombre que está en él? Del mismo modo, nadie conoce lo íntimo de Dios, sino el Espíritu de Dios.
Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para conocer las gracias que Dios nos ha otorgado, de las cuales también hablamos, no con palabras aprendidas de sabiduría humana, sino aprendidas del Espíritu, expresando realidades espirituales. El hombre naturalmente no capta las cosas del Espíritu de Dios; son necedad para él. Y no las puede conocer pues sólo espiritualmente pueden ser juzgadas. En cambio, el hombre de espíritu lo juzga todo; y a él nadie puede juzgarle. Porque = ¿quién conoció la mente del Señor para instruirle? = Pero nosotros tenemos la mente de Cristo.


Rafa con su presencia ha hecho que el Espíritu Santo nos revelara profundamente que no es importante tener éxito sino Amar desde lo profundo del corazón a todos, incluso a los enemigos. Nuestra Parroquia es la de la Inmaculada Concepción. Como la Virgen María, Rafa va guardando en el silencio de su corazón todo y va entregando Amor sin que nadie lo sepa.

Nuestro párroco no es ningún superhombre. Hay una gracia de Dios grande en él que se regocija en su sencillez. Pero lo más importante para no agotarse en sus cansancios es que él da en silencio, pero sabe que cuando predica para los demás lo hace para si mismo. A la vez, es una esponja, que siguiendo el consejo de San Pablo sabe escuchar, ver la obra de Dios en los demás y quedarse con lo bueno, las bendiciones que el Espíritu Santo derrama en él por medio de todas las personas que se cruzan en su vida.

La Palabra Eucaristía significa literalmente "acción de gracias". Rafa nos ha mostrado que el vivir la Eucaristía diaria no es hacerlo en el tiempo limitado de la celebración, sino acoger todos los dones de Dios dejando en sus manos todos nuestros rompimientos, resentimientos, tribulaciones, debilidades e impotencias. Al salir de la Eucaristía es cuando empezamos a poner en práctica el memorial del Señor siendo Cuerpo de Cristo para los demás, en sus contrariedades, depresiones y muchas veces desesperaciones.

Para eso es necesario pedir perdón a Dios de corazón sentir como el Padre del Cielo nos da cada día el abrazo como Hijos pródigos y nos unge para ir al mundo. Sólo reconciliados con Dios, conscientes de nuestras imperfecciones y dando gracias y creyendo que Dios quiere darse a los demás en nosotros pero también que le recibamos en aquellos pobres, desesperados y deprimidos, porque el Espíritu Santo viene a bendecirnos cumpliendo las Palabras de Jesús: "lo que hagáis a uno de estos pequeños a mi me lo hacéis". Pequeños somos todos. Sólo Dios es quien puede mostrar su grandeza en nuestra pequeñez, su poder en nuestra obediencia a su única ley: "Amaros los unos a los otros como yo os he amado" . Si somos capaces de hacernos pequeños ante Dios cada mañana nuestra comunidad crecerá: la familiar, la grupal, la parroquial, la diocesana...

Dios siempre cumple. Nosotros por las mañanas tenemos tanto trabajo y tanta prisa que nos olvidamos de recordarnos a nosotros mismos quienes somos: hijos de Dios débiles llamados a crecer en su amor y hacernos fuertes en comunidad, siendo parte de su cuerpo. Sólo de esta forma podremos cumplir las misiones de los otros dos Árcangeles señaladas en el significado de sus nombres:

Gabriel: Mensajeros de Dios para que su Palabra permaneza en los demás.

Miguel: Ser semejantes a Dios, capaces de expulsar de nosotros y de los demás el espíritu del mundo y curar las heridas que nos ha causado la estructura social de pecado en la que vivimos.

Padre Santo, en el nombre de Jesucristo danos la gracia de creer, depender y confiar sólo en Ti. Empequeñécemos cada mañana por el don de tu Espíritu Santo para que veamos los regalos que nos haces a cada segundo a través de los demás. Padre del Cielo deseamos amar como Tú amas, desde la suavidad, la paciencia y el perdón.

La paella de don Fermín / Autor: José H. Prado Flores

El grave problema de muchos evangelizadores, es tratar de incorporar toda la doctrina y enseñanza de la fe en la evangelización kerygmática. Hay quienes creen que el mensaje es incompleto y tratan de mejorar la pedagogía del Nuevo Testamento. Para todos ellos es la siguiente historia.

Con motivo de la guerra civil española, muchos emigrantes llegaron a México. Entre ellos vino un cocinero de Valencia, llamado Fermín, que inmediatamente se dedicó a vender paella, que bien pronto se hizo famosa en toda la ciudad de México. Su negocio progresó y le llamó: "La Valenciana". No había mejor paella en toda la ciudad que la de "El Andaluz", como se le conocía a Don Fermín. Iba tanta gente de todas partes a causa de su sabrosa paella, que Don Fermín quiso aprovechar el imán de su paella, que comenzó a vender también quesos y vinos de ultramar. Tenía tantos clientes que incluyó ropa y mercería. Luego anexó un expendio de pan y más tarde amplió el local para vender frutas y legumbres. El éxito fue tanto, que aquella pequeña tienda se convirtió en un centro comercial.

Hoy día, "La Valenciana" es un supermercado como otros muchos, donde se puede encontrar todo lo que se quiera o necesite; menos una cosa, paella. Por pretender vender todo, Don Fermín olvidó aquello que lo había caracterizado y que lo hacía único en la ciudad. Hoy ofrece lo que otros ya hacen. Su supermercado en nada se distingue de otro. Sin embargo, ya no hay quien cocine aquella exquisita paella de "El Andaluz". Por ser como los demás, perdió lo que lo caracterizaba y hacía único. Don Fermín es muy rico, sí, pero ya no existe aquella paella sin igual.

La proclamación del Evangelio comienza con el Kerygma o Primer Anuncio, que tiene un contenido bien específico: La persona de Jesús Salvador. Sin embargo, muchas veces caemos en la tentación de don Fermín: Le anexamos tantos elementos de tipo filosófico, doctrinal, pastoral, sacramental, y añadimos tantos temas, aún importantes, que después resulta casi imposible encontrar la persona viva de Jesús en medio de tantos elementos. De esta forma, se diluye el mensaje. Ya no es una proclamación que sacude sino un sistema doctrinal o un catecismo completo de la fe.

Hay quienes piensan que durante el Primer Anuncio se debe incluir un tema sobre el sacramento de la Reconciliación y lo añaden. Otros piensan que se necesita una seria fundamentación sobre la Iglesia y se inserta. Otra persona cree que no es posible olvidar a la Virgen María y el Santo Rosario, y aumenta una enseñanza más. Uno más quiere recalcar la importancia del Papa y entonces también lo anexa. Los de la Parroquia de San Martín de Porres opinan que el Santo de la Parroquia debe ser tomado en cuenta y ponen un parche más. El dirigente que nació en San Francisco, también quiere que se reconozca al pobre de Asís e incorpora un tema más. Se añade tanto y tanto, que cuesta trabajo encontrar el mensaje fundamental.

Se adoctrina a quienes apenas están siendo evangelizados. Se da alimento sólido a los que están en el proceso de nacer de nuevo. Se esfuma el mensaje del anuncio de la muerte y la proclamación de la resurrección de la salvación. Con tantas añadiduras, el Kerygma se va diluyendo y perdiendo en consecuencia su fuerza.

No podemos renunciar a "nuestra paella" por ningún motivo. Desgraciadamente por ciertos espejismos, se pierde lo esencial: Hay hospitales de religiosas, donde nadie revela el sentido de la cruz gloriosa a los que sufren. Alumnos y estudiantes pasan años en una universidad católica conociendo las ciencias, pero no el Camino, la Verdad y la Vida. Hay campos deportivos dirigidos por sacerdotes, cuyos equipos llegan a ser campeones, pero los jugadores no saben que ya han ganado el partido más importante: La vida eterna. Tal vez todas estas iniciativas comenzaron con buena intención, pero con el desgaste del tiempo, venden muchas cosas buenas, pero ya no más paella.

No podemos engañarnos con el espejismo de ofrecer todo el supermercado, si el precio que pagamos incluye perder la fuerza intrínseca del anuncio de Jesús Salvador, Señor y Mesías.

Debemos preguntarnos si el hombre de hoy encuentra en la Iglesia lo que nadie más puede darle: Jesús vivo, que da vida en abundancia a los que creen en su nombre. O, por tratar de ofrecer todo, ¿hemos caído en la tentación de perder lo esencial? ¡No podemos avergonzarnos del Evangelio, que es fuerza de Dios para la salvación de todo el que cree!

El justo vive por la fe / Autor: Padre Jose Augusto, Comunidad Canción Nueva


Nuestro Dios no es el Dios del sufrimiento

Una cosa que el tentador hace mucho con nosotros es llevarnos a un sentimiento de que Dios no cuida de nosotros, de que Dios está lejos, que se alejó completamente. Y la tendencia de cuando nos sentimos de esta forma, es de abandonar a Dios.

Pero, hoy, nosotros necesitamos salir de aquí con nuestra fe perfeccionada. Yo necesito mejorar mi fe y tomar posesión de aquello que Dios hace en mi vida. Aunque yo no sienta, aunque yo no vea, yo no puedo abandonar a mi Señor.

Este libro de la Biblia, Habacuc, es un poco desconocido, pero yo quiero en este momento meditarlo junto contigo para que tú no abandones a Dios en los momentos difíciles de la vida. Porque siempre vamos a pasar por situaciones difíciles. No es porque acepté a Dios que ya no voy pasar por situaciones difíciles.

Este profeta pasó por la misma situación que tú debes estar pasando. El pueblo de Israel siempre pasó por grandes dificultades, y el profeta Habacuc comienza así: ¿"Hasta cuando, Señor, imploraré sin que escuchéis?" Aquí él está experimentando “el silencio de Dios”. Y cuando alguien está pasando por situaciones de muerte, de pérdida, de calumnia, ¿dónde está Dios?

Si hoy Dios está haciendo silencio en tu vida, debes saber que el Padre también silenció con Jesús cuando Él estaba en la cruz y decía "Dios mío, Dios mío, por qué me abandonaste?".


Vea lo que responde el profeta Habacuc: "Voy a quedarme de centinela, y me pondré sobre la trinchera; voy a acechar lo que va decirme el Señor, y lo que él va a responder a mi pedido" (Habacuc 2,1).

Nos quedamos ansiosos y no conseguimos oír la voz de Dios. También nosotros tenemos que hacer como el profeta Habacuc. No quiere decir que Dios atendió rápidamente al profeta. Yo necesito colocarme en la actitud de centinela. Yo voy a rezar y decir para mi alma: "Ten calma, alma mía, espera que el Señor va a hablar". En la hora en que estés pasando por una tribulación, vaya al libro del profeta Habacuc.


Él está diciendo así: "Ten calma, Habacuc. Yo estoy viendo lo que te está sucediendo, ¡quédate tranquilo!" Pues nuestro Dios no es el Dios del sufrimiento. Nuestro Dios es bueno, este mundo que es sólo maldad, y muchas veces nosotros acabamos revelándonos contra Dios y no contra el causante de todo el mal. "Si se tarda, espérala, pues vendrá ciertamente, sin retraso." (capítulo 2,3)

Si tú dices para Dios: "Mi Señor, ¿hasta cuando voy a vivir esto?" Esto no es murmuración, es oración de quien está sufriendo. Y el Señor responde: "Espérala, porque ella se realizará". "He ahí que sucumbe el que no tiene el alma íntegra, pero el justo vive por su fidelidad". (capítulo 2,4)

Debes saber que tu confianza está en Dios y que no va a fallar, porque el justo vive por la fe. Vivir de la fe no es decir "Señor yo quiero un vaso de agua", y el agua cae en tu boca. Eso no es tener fe. Tener fe es esperar en la tribulación y no desistir, pues el justo cree. El mundo necesita de testimonios así.

En el versículo 20 vemos: "Mas Yahvé está en su santo Templo: silencio ante él, tierra entera"

Delante de la tribulación debemos decir: "Él está vivo. Él es el Rey de reyes". La tentación viene, pero tú dices: "Dios no va dejarme en esta situación, porque Él es el Rey de reyes, Él es el Señor de todo".

Delante de la tribulación, mira hacia el cielo, el aire, para los árboles, porque mientras los pájaros estén cantando, significa que Dios está reinando.(Capitulo 3,3) El salmo 33 dice que los ojos de Dios están siempre hacía mí, hacía tí. ¡La gloria de Dios llena toda la tierra! No podemos dejarnos influenciar por el enemigo.

Dios vino a habitar en medio de nosotros, hace 2007 años. Estas entendiendo que no estamos solos, que Él nació en Belén, y ¡Él nunca nos va a abandonar!. El es un niñito, sí, pero es un Rey revestido de un niño.

Si el justo vive por la fe, aunque falte comida en mi casa, aunque la enfermedad me alcance, aunque todo eso suceda en mi vida, ¡yo no abandonaré al Señor!

Así como Pablo dice: ¿"Quién me separará del amor de Cristo? ¡Nada, nada me separará, yo seré de Dios hasta el fin!

Aún así estaré firme en el Señor, no Lo abandonaré, hasta la muerte yo seré fiel, pues sé en quien yo puse mi confianza. Mi confianza está en mi Señor. Y aunque tardase, yo esperaré, porque aquel que es justo vive por la fe. Y cuando te digan, que tu vida esta un infierno, di así: "El justo vive por la fe, porque mi socorro vendrá del Señor, que hizo el cielo y la tierra. Él derrumba las montañas que están en mi frente".

El hijo pródigo vuelve a casa / Autor: Padre Rufus Pereira

Repetimos esta historia toda vez que nos confesamos

Todas las veces en que nos vamos a confesar repetimos la historia del hijo pródigo, porque tenemos el coraje de levantarnos y volver a la casa del Padre.

Una vez me llamaron para rezar por un joven, y es lo que gusto de hacer, rezar por aquellos que son tenidos como ovejas perdidas. Entonces fui a la casa de esta familia que era muy rica. Era una mansión, entré para rezar, sin embargo, cuando paré frente al cuarto, que estaba todo oscuro, desde de la puerta vi que allá estaba el muchacho y que él tenía lepra. Desde la puerta comencé a rezar por él, pues todo el miedo de la lepra vino a mi corazón. Y una más vez el Señor hablaba conmigo: ‘¿Rufus, que yo haría en tu lugar?’, entonces, me acordé de que Jesús tuvo compasión de aquellos que venían en su búsqueda y la primera cosa que el Señor hacía era recibirlos y después los curaba.

Entonces, entré en el cuarto y di una sonrisa a aquel joven, y él me sonrió también; después fui diciéndole palabras de cariño, y él también me respondía con palabras de cariño, enseguida el tomó mi mano y la colocó sobre su cabeza y comencé a rezar por él. Percibí que aquel joven necesitaba más de cura emocional que física, pues se sentía rechazado por la familia.

Después de algunos meses lo volví a encontrar – en el Centro de Evangelización Carismática de Bombaim – completamente curado. No lo reconocí en el principio, pues cuando lo vi la primera vez su rostro estaba desfigurado, sus dedos torcidos a causa de la lepra. Pero, en aquel momento, yo lo veía en mi frente con una nueva faz, y con las manos blandas y los dedos perfectos.

Encontré a este muchacho otras veces en una de las cuales me dijo que deseaba casarse, pero sentía miedo de ser rechazado a causa de la enfermedad que tuvo, le pregunté si quería que rezara por esa intención y el me respondió que sí. Después lo volví a encontrar ya casado y me dijo que esta vez él deseaba que rezará para que su esposa pudiese quedar embarazada; más tarde, su mujer quedó embarazada, entonces, ellos me pidieron para rezar nuevamente para que el hijo fuera saludable, y nació saludable.

Años después, yo estaba en el mayor centro de evangelización del mundo, y después de mi charla fui para mi cuarto a descansar, desde ahí oí al que estaba predicando y reconocí la voz, entonces volví y cuando llegué allá las lágrimas rodaron de mis ojos, porque allá estaba el joven de la lepra, y ahora aquel joven era el predicador de la mayor casa de retiros católicos del mundo. El hijo pródigo había vuelto a la casa del Padre.

La confesión viene del cielo / Autora: Madre Elvira, fundadora Comunidad Cenáculo

¡¡Qué hermoso cantar, danzar, sonreír, amar, abrazar la vida!! Cada uno de nosotros posee este gran don de la vida que nos reúne. Es el don de Dios. Por eso estamos bien juntos, porque queremos reconocer que hemos sido pensados, amados, queridos por el único Dios. No vengan a decirme: "A mí me hicieron mi madre y mi padre". ¿Y a tu padre y tu madre quién los ha hecho?

Tengamos el coraje de creer lo que vemos, lo que somos, de otro modo estamos siempre afuera de la vida. Es importante tomar en cuenta nuestra vida, porque es lo primero que vemos, que tocamos, que experimentamos, que amamos y odiamos.

Nosotros vivimos contemplando con alegría y estupor cómo renace frente a nuestros ojos la vida de sus hijos desesperados, adictos. Al ver que se volvían más buenos que nosotros, hemos dicho:“Esta vida no viene de la carne, viene del amor, viene de Dios; y algunas veces la maltratamos". Entonces debemos reconciliarnos con nuestra vida, queremos pedirlo hoy que es una celebración especial para el pueblo cristiano, es el día de María, la madre de Jesús, nuestra Madre. (Día sábado)

Cuando vinimos a esta colina por primera vez, lo primero que vimos fue a la Virgen, la hemos invitado y la hemos llevado a casa: ha sido el primer huésped, ha sido querida, abrazada junto a nosotros. Gracias a eso ustedes están aquí hoy, porque hemos invitado a María a nuestra casa.

Cuando hay divergencias en la familia es porque aún no han recibido a la Virgen, como lo hizo Juan debajo de la Cruz.
Reflexionemos un poco en el poder infinito, sin fin, que tiene la Madre de Dios, que es Madre nuestra.

Esta pequeña y simple criatura que se llama María es nuestra Madre y si no está ella no hay nada, no hay dónde hacer pie, sólo caemos.

La propuesta que hicimos desde el comienzo, que continúa y continuará para siempre en nuestra Comunidad, es que el primer momento del día sea para Ella, en Ella, con Ella: el Santo Rosario. Invitemos a María a nuestras casas. Miren que Dios es humilde: pasa a través de Ella. ¡También Él pasa por ella! ¡Y si intercede María, el milagro está hecho! Y hemos visto estos milagros, los estamos contemplando… Por lo tanto, no les decimos palabras, les mostramos los hechos. No queremos enseñarles algo sino mostrarles la vida.

Nuestra historia es hermosa porque es concreta, es real, es con los pies en la tierra, es de un loco amor, de sudor, de fidelidad, de sacrificio, un amor de alegría, de canto y baile.

Acérquense a María. Ella, que se acerca a nosotros con delicadeza, como un soplo, hoy te dice que es el día de la infinita Misericordia de Dios. Ella nos dice en el corazón lo que tenemos que decir durante la confesión. Nos dice que no tengamos miedo de decir lo que nunca hemos dicho, para que no quede adentro como una sombra que no nos permite vivir la alegría, que no nos permite ver el sol ni el esplendor de la vida. Hay tantos sacerdotes disponibles para acoger nuestra pobreza, nuestros pecados, nuestras heridas, que si no las confesamos, las alteramos y nuestra vida se vuelve falsedad. ¿Por qué nos hace falsos? ¿Por qué debemos ponernos la máscara? Porque no aceptamos ese pecado, esa situación, aquel encuentro, la violencia… Ese pecado que quieres esconder, te hace comportar de un modo falso y ya no eres más tú mismo. Ahora es el momento, vayamos al confesionario con simplicidad.

Les doy un consejo y se lo doy también a los sacerdotes: dejen que los penitentes puedan hablar con Jesús más que con ustedes. Porque nosotros vamos a la confesión para hablar con Jesús. Generalmente les digo a los chicos y a las chicas que se confiesen con los ojos cerrados: estamos hablando a Jesús, el Redentor y la Madre están a nuestro lado y no necesitamos hacer un diálogo, un coloquio. Si también el sacerdote cierra sus ojos, el penitente es más libre para hacer salir el pecado desde adentro, no de la boca. Mírate dentro, Jesús quiere sanar todo y sacar la raíz. La confesión es extraordinaria, algo grandioso, es una liberación, como si nuestro corazón estuviera encadenado hasta que dices lo que has hecho.

Jesús le dijo a Pedro que había que perdonar siempre. El arrepentimiento nace de adentro. Cuando uno se enfrenta con su pecado, lo mira de frente, ya no asusta más, pero disgusta: qué mala que fui en tal situación, hice las cosas por interés, he engañado a mucha gente, he preferido el dinero… Para arrepentirnos debemos saber primero quiénes somos por dentro.

La confesión es algo que no viene de la tierra, sino que viene del cielo, de Dios. Él se ha hecho Misericordia por nosotros, es la Misericordia total para nosotros. Al encuentro con la Misericordia de Dios debemos ir arrepentidos. Debemos decirnos: "… al menos te has arrepentido por un momento de haber engañado, de haber traicionado a tu esposa y regresar a casa con mala cara para hacerte compadecer ¡y tienes dentro una confusión!" Debemos retomar interiormente todos los momentos oscuros que hemos realizado, por el egoísmo, por la pasión, por el placer, por la ambición, por el poder. Alguna vez hemos pisoteado a nuestros hermanos. Esto es el mal, son cadenas, y ahora ha llegado el momento de la liberación, finalmente podemos abrir los brazos, reír y bromear en la verdad, sin máscaras. Intentamos llevar adelante el "personaje" porque creemos que sino los otros no nos respetan. ¡Pero en realidad es porque no te respetas tú! Porque no te amas, no te aprecias.

Miren que la cosa más bonita del mundo es hacer una confesión comenzando por las cosas más pequeñas.

¡La vida es bella, cuando la conocemos! La vida es bella: miles de colores, el sol cotidiano, ternura sin fin y algunas veces lágrimas, pero son lágrimas que se pueden derramar con gozo en el corazón, con la sonrisa en los labios. Lo que nos toque vivir podemos recibirlo con una sonrisa, siempre, y la vida es una continua novedad, los días nunca son iguales.

A medida que voy envejeciendo veo que las arrugas son ventanas luminosas que permiten que entre el sol en casa.

Tenemos que volvernos como niños, ya que ellos entrarán en el Reino, el Reino que comienza hoy. Hoy es el Reino, hoy podemos entrar en el espacio infinito del abrazo sin fin de Dios.

Dios ha querido mostrarse y entonces ha hecho que María a través del Espíritu Santo, haya concebido. Jesús ha comenzado como cualquier niño, en el útero de la Virgen. Luego nació en Belén y ha crecido con sus padres. Jesús ha vivido la familia, ha vivido el trabajo, la obediencia. Cuando se volvió grande le dijo a su madre que era hora de irse de casa.
Piensen cuántos jóvenes, cuando enfrentan esa situación con la mamá, ellas no los dejan irse. Jesús salió de casa, no ha tenido miedo de dejar a la Virgen sola. Era su momento, ya era un hombre.

Los chicos y las chicas, sus hijos, si los han educado bien y formado en la honestidad, en la verdad, la comprensión, el perdón, en la fe, ¿por qué tienen que tener miedo? Serán luces que van y llevan la paz.

Regresemos al momento potente y extraordinario que es la absolución de nuestros pecados.Nosotros no les decimos sólo palabras. Sepan que no queremos amaestrar a nadie ni predicar. Las cosas primero nos las decimos y las hacemos nosotros mismos. Se las queremos hacer ver a los jóvenes. Los jóvenes hoy no escuchan más: puedes hacerle un lindo sermón, pero ellos piensan en otra cosa. Te siente, pero no te escucha, porque las cosas que le dices no las haces. Cuando hay incoherencia es una humillación para quien escucha. ¡Esto vale también para los niños! Cuando tienen cinco o seis años pueden dejar de hacer los "sermones", porque se los educa con la potente voz de tus gestos, de tus elecciones.¡Vivamos bien este momento! Sepan que estas cosas las tenemos dentro. No queremos enseñar nada a nadie, sino mostrarles la vida y han venido por esto, porque lo que les decimos lo vivimos.

Catholic Idol / Autor: Martín Valverde


En el monte Horeb hicieron un becerro, un ídolo de oro fundido, y lo adoraron.
Sal 106,19

Me aburre escribir de esto, pero dadas las circunstancias que nos rodean, lo hago. Hay gente esperando nuestro pobre punto de vista.

…Era el mes de octubre del 2001; estábamos extenuados pero contentos pues nos encontrábamos a media gira enREDados México; estábamos viviendo historia y haciéndola de paso, por la Gracia de Dios ciertamente, y además sin competir entre nosotros.

Durante ese año, primero a principios, y luego dos veces más en su transcurso, nos habían hablado de una “premiación” que se iba a hacer de la música católica en México, D.F. Le cambiaron la fecha varias veces hasta que, por pura “coincidencia”, dio con las fechas de nuestra gira por México.

Era un jaque mate, pero la verdad es que fue tranquilizante el no poder asistir a recibir los “premios”, así que nos los hicieron llegar. Varios de nosotros, aún “non gratos” para la entidad organizadora, salimos premiados, así que de repente estábamos llenos de ¡trofeos a la música católica!. WAW!!!

Estábamos listos para empezar el concierto de Aguascalientes cuando yo pregunté: ¿qué hacemos con tanto trofeo? (la forma del mismo se las comento en otra ocasión). Y uno de nuestros mejores exponentes para ocurrencias dijo: “Pues hagamos un becerro de oro y ¡adorémoslo!”. Nos reímos mucho por la ocurrencia, y de paso nos preocupamos más por la simpleza de un hecho que encierra todo lo contrario a lo que nos hemos propuesto desde el inicio: servir, evangelizar, llevar el mensaje que nos salvó a nosotros y a otros. Este tipo de “archivos adjuntos de la fe con virus” no son ni parte de las añadiduras que dijera el Señor.

La verdad creo que ya me tardé en escribir esto que les quiero compartir a continuación, pero tengo la certeza de que aún no es tarde, y que, por el contrario, va a llegar muy a tiempo.

¡Empezaron de vuelta, por quinta temporada, las audiciones de American Idol en el canal Fox! (por eso digo que ya me tardé,.. desde la segunda quería escribir esto).

En todo el programa hay muchas cosas sorprendentemente bien producidas y una de ellas, sin duda, es la primera etapa de eliminación, en donde llega textualmente “de todo” a ser audicionado y, de paso, juzgado a quemarropa.

Los productores lo saben y se encargan de que nada se les escape; algunos personajes ayudan sólo con su presencia (que por vestuario y exposición ya son todo un espectáculo). Hagan de cuenta a Fido Dido o a Homero Simpson haciendo audición. No es regla, pero es bastante común que a más decoración en la persona, menos capacidad musical va a tener, por lo menos en lo que a audiciones se refiere.

Los que han visto la serie saben que los jueces son bastante interesantes, y para subir el rating se prestan a todo. Hay uno de ellos en especial, el más finito, Simon, que es lacerante al momento de juzgar a los que cantan o creen que cantan (a mí me iría de la patada, con certeza).

Al ser audicionado quedas a juicio de otro, nombras a otro como juez de tu don, o mínimo, reduces tu capacidad de acción a la opinión de una persona. Pero no es culpa del juez (quien después se puede aprovechar de eso) pues fuiste tú el que respondió a la convocatoria y no llegaste forzado por nadie.

¿Ustedes creen que en la música católica cristiana exista este tipo de audiciones?, ¿qué alguien se preste a esto y/o que alguien se ponga a hacerlas?. Pues, ¡sorpresa, sorpresa!. De que los hay, los hay, y aún estamos a tiempo de prevenir más daños, no de evitarlos, pero sí de prevenirlos, o por lo menos disminuirlos.

Vamos quedando claros: tarde o temprano tendrás que pasar por algún tipo de audición en la vida, pero esto es muy diferente a buscar LA AUDICION de tu vida, aquella que te va abrir las puertas y que te va a lanzar al estrellato del eslabón perdido entre la tierra secular y la cristiana.(sigue durmiendo de ese lado).

Es más que entendible que una obra de teatro tenga que hacer audiciones, o que una producción de cine deba practicar esto. Se trata de un marco específico dentro del cual no puede entrar cualquiera, sino aquel o aquella que cumpla con el perfil pretendido, pero no es despectiva la elección, es lógica y en función de un papel.

De las cinco temporadas de American Idol, vi más la tercera; y de la segunda, lo correspondiente a la primera eliminación.

De todos los casos que se presentaron en un programa me tocó ver, para mi sorpresa, uno que tenía que ver con mis terrenos y asuntos.

Para las audiciones de la temporada habían tomado la decisión de invitar a un músico famoso y reconocido; el de esta ocasión era el Sr. Gene Simmons, quien fuera el bajista de la banda KISS, muy famosa en los años 80 entre los jóvenes y con un “acústico muy interesante a finales de los noventas” para los ya no tan jóvenes. Sobra decir que KISS supo maravillosamente hacer negocio con su imagen de rockeros enmascarados, y con el tema de ser “satánicos” y bastante bien dados al reviente sexual (de esto último no les quede duda). Lo que por cierto los hizo blanco del ataque constante de grupos cristianos, mismos que sólo ayudaron a aumentar sus ventas.

Pues bien, le tocó a Simmons y al jurado de costumbre (Paula, Randy y Simon) estar haciendo las audiciones. Como era de esperarse, había de todo, y se subrayaba en especial los casos de especímenes que agotaban su especie al hacer su aparición.

Pero para el final del programa, las cámaras apuntan hacia un joven rubio, de buena apariencia, recatado, vestido a la moda GAP, quien había llegado apoyado por sus “hermanos de Iglesia” para hacer la audición (como lo leyeron).

El objetivo para el programa estaba alcanzado. De este lado del mundo, el mercado cristiano existe y es comprador, o mínimo hace bulto. Y los productores lo sabían bien. Enfocan al muchacho, quien era pastor de los jóvenes de una Iglesia Cristiana, ponen a su grupo orando afuera y “dejando todo esto en manos de Dios”.

Yo doblé mi atención pues veía venir el choque: Simmons en un jurado, evaluando a un pastor de jóvenes de un Iglesia Cristiana. Eso era para verse.

El muchacho pasa, se presenta, está evidentemente nervioso, canta decentemente, pero eso es todo. Espera el veredicto de los jueces. Los tres de siempre manejan la cosa muy “light”, muy suave: “es un muchacho muy bonito”, “su cara nos va ayudar mercadotécnicamente”, “ni hablar de su trasfondo, nos va a traer otro público” , “no canta tan mal”, etc.

Mientras esto sucedía con los otros jueces, Simmons había permanecido completamente callado, y su mirada se había puesto realmente seria y profunda. Dejó que los otros jueces hablaran sus boberías, y al final, cuando se le pidió su opinión, habló directamente al joven diciéndole:

“Este no es lugar para ti, tú podrías -si lo quieres-, hacer toda una carrera por el lado de la música cristiana, tocando country o cosas similares. Hay todo un mercado en donde podrías desarrollar ¡¡¡¡¡TU MINISTERIO!!!!! (¡eso le dijo!), pero aquí no hay nada para ti, no tienes porque hacer esto, por aquí no es tu camino”.

Yo estaba petrificado, pegado a mi asiento. Ahí estaba este joven quien iba como buey al matadero (no son palabras mías, son de la Biblia):

Con sus muchas artes lo seduce, lo rinde con el halago de sus labios. Se va tras ella en seguida, como buey al matadero, como el ciervo atrapado en el cepo, hasta que una flecha le atraviese el hígado; como pájaro que se precipita en la red, sin saber que le va en ello la vida. Proverbios 7,21-23
Y aunque no voy a negar que la intención del chico en cuestión era buena, Simmons había dado en el clavo: es el monte Sinaí en donde se dan los mandamientos, no en Egipto. No puede haber un American Idol que compagine con el ser creyente, no se puede servir a dos señores. No se puede poner fuego en los regazos sin quemarse.

¿Puede uno meter fuego en su regazo sin que le ardan los vestidos? ¿Puede uno andar sobre las brasas sin que se le quemen los pies?
Proverbios 6,27-28

El final fue aún más inesperado para mí. Cuando Simmons terminó de hablar, tocaba decidir si éste mozuelo seguía o hasta ahí llegaba. Cuando le dijeron que sí los tres jueces de American Idol, Simmons guardó y otorgó silencio profundo, pero el joven pastor empezó a saltar como ciervo o como canguro por todo el set.

¡No había oído a Simmons!, y lo peor es que puedo asegurarles que, aún contra todo lo que se pueda decir, en ese momento, Gene, el viejo bajista de los KISS, había sido la voz de Dios en medio de todo lo superfluo de la circunstancia.

El joven pastor salió del lugar, salió a celebrar con su hermanos de Iglesia su pase a Hollywood.

Insisto, puedo ver la sana intención de este muchacho, pero es un hecho que no pasaría a más, había llenado los 10 minutos de programación, que era lo que urgía. Total… “de buenas intenciones está lleno el camino al infierno”.

El querido pastor de jóvenes no paso a la tercera ronda, era de esperarse. Pero su ejemplo en este escrito es para prevenirte a ti.

En México tienen un refrán que dice: “siempre hay un roto para un descocido”. No te estoy hablando de compañías seculares que dan un espacio a la música cristiana; te estoy hablando de personas de la Iglesia que tienen su empresa, y que con la misma (a veces disfrazándola de comunidad o similares), son verdaderos dráculas del arte católico, pues no hacen mas que chupar la energía vital de los que representan.

La experiencia nos cuenta que para esta clase de pederastas de la música católica hay tres básicos clientes o víctimas, alguno de estos podrías ser tú. A ver, revisemos:

1. Los que vienen completamente ignorantes de todo lo que los rodea, y por su estado no traen malicia y van creyendo en todo, sin cuestionar, y firman confiando, sin imaginarse en que se están metiendo.

Pero hay por lo menos tres clases de Ignorancia según Francois de Rochefoucauld: No saber lo que debiera saberse, saber mal lo que se sabe, y saber lo que no debiera saberse. Usted anótese en la correspondiente.

2. Los ambiciosos, que al escuchar que les prometen las perlas de la Virgen, discos de oro, escenarios, y giras por todo el mundo, contacto con los grandes, etc., caen redonditos frente a su propia ambición. Son finalmente víctimas de su propia trampa. Decía Cervantes: Pocas o ninguna vez se cumple con la ambición que no sea con daño de tercero (aunque el tercero termines siendo tú, quien sabe como).

3. Y los perfectamente estúpidos (cada zona del mundo tiene su forma de llamarlos…en España, por ejemplo, les dicen Gilipollas. Usted aplique la propia y correspondiente a su región). Decía Einstein: Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro.

No niego la presencia de lobos vestidos de ovejas, pero no quiero esconder tampoco la obvia predisposición y estupidez de algunas ovejitas (roto para descocido, explotado para explotador, víctima para verdugo).

Dan ganas de reír de la pena, la verdad. Ahora todos son “expertos”, productores, “Santos Padres de la música católica”, ya sea porque tienen muchos años en el negocio, o porque tienen mucho colmillo, o porque están al frente de un trabajo visible o audible, de una radio o de un programa, o por su página en Internet. Hace poco leía, sin poder creerlo, la descripción sobre un conductor de programas católicos. Decía los siguientes auto-piropos (porque él mismo lo escribió) antes de dar premios según su parecer: “conducido por su director y reconocido "discjockey católico". Con su reconocido gusto y oído musical, explicó cuáles eran a su juicio los más destacados discos del 2005”. Lo interesante es que el premiado lo tomó y lo predica como el disco del año, aunque haya vendido dos copias (lo que es estar de acuerdo).

Sale un grito del corazón, ¿a quién quieren engañar?, pero el problema es que sí hay a quien, y espero no estés tú en esa lista de pequeños cerebros.

El año pasado hicieron una premiación en Europa. La entidad que premiaba había perdido de repente a algunas de sus propias y máximas estrellas del canto católico porque se habían emancipado finalmente. No les quedó más remedio que darnos “la canción del año”. Lo irónico es que esa misma entidad de música católica llevaba más de un año acusándonos de piratería de su material más preciado (los emancipados), y por supuesto somos innombrables en su medio (aún con todo y premio).

En estos tiempos escucharás mil veces y hasta hartar cosas como esta, premio al: mejor cantante, mejor canción, mejor disco juvenil, artista revelación, mejor disco de música religiosa contemporánea católica del año… según el mejor programador, etc.

Yo me quedo con la frase del maestro: La gloria no la recibo de los hombres. Juan 5, 41.

Nada de esto sería importante mencionarlo si no se hiciera tanto daño a los nuevos profetas que van surgiendo. Cierto es que cada uno elige en donde se mete, pero si está en nosotros advertirte antes de que las heridas son gigantescas entonces intervenimos, mínimo con estas palabras.

Dice Luis Enrique Ascoy que lo verdaderamente competitivo entre nosotros debe ser ver “quien pesca más en RED, y no solo con su caña”. Ciertamente esta clase de frutos no se van a presumir, ni a premiar, pero es el Espíritu de Dios el que lo suscita.

Para terminar preguntaría, ¿quien está capacitado para calificar y/o premiar a esos grandes siervos de Dios?; me refiero a aquellos que simplemente cantan en su parroquia contra todos los inconvenientes para hacerlo; a los que se suben a los buses a evangelizar cantando (existen, no se asusten). O a aquellos que se la pasan de misión con la guitarra al hombro, o no tienen la posibilidad de grabar un disco o de hacer un concierto. ¿Quién nombró a estos pseudo jueces entre nosotros?, ¿será que un disco de oro vale más que toda una vida de servicio en el humildad?.

Tú decides. O nos conoces por nuestras presunciones, o por nuestros discos de oro, o nuestro tiempo en el gremio, o nuestra estúpida foto en una portada, o -como está escrito-, nos conoces por nuestros frutos, y además frutos que permanezcan (o por la falta de ellos).

Despierta antes de que Jesús se vuelva para con nosotros y nos pregunte como en el Evangelio de hoy (Mc 9,30-37): “¿De que están hablando entre ustedes?. El Señor, primero, no quiere que nadie sepa que está en Galilea; luego habla de su pasión, muerte y resurrección; luego descubre que sus discípulos, además de no entenderlo, ¡no lo oyeron!. Llevaban todo el camino hablando de quién era el más importante entre ellos. Habían desperdiciado la voz de Dios mientras hacían sus encuestas y se entregaban sus premios. ¡Que Dios nos cuide de esto!.

Mi querido amigo y colega músico: los que estamos en esto de servir al Señor a través del arte, no planeamos que se fueran dando las cosas así como algunos lo quieren, con su Top 10 o Top 20, o como negocio. Todo lo que hemos logrado ha sido un plan del Espíritu Santo para su Iglesia y para los jóvenes de esta generación (y esperamos sea también de las siguientes).

El llamado original se mantiene. Despierta antes de que se coman el fruto que Dios puso en tus manos para toda su Iglesia.

Terminemos con frases de sabiduría. Que el Espíritu te las explique para que puedas hacerlas tuyas:

LA COPLA
Antonio Machado


Hasta que el pueblo las canta, las coplas, coplas no son,
y cuando las canta el pueblo , ya nadie sabe el autor.
Tal es la gloria, Guillen , de los que escriben cantares:
oír decir a la gente que no los ha escrito nadie.
Procura tú que tus coplas vayan al pueblo a parar,
aunque dejen de ser tuyas para ser de los demás.
Que, al fundir el corazón en el alma popular,
lo que se pierde de nombre se gana de eternidad.

El Pecado / Autor: José Miguel Arráiz


Definición

El Pecado lo definía San Agustín como “Toda palabra, acto o deseo contra la ley de Dios”

La definición clásica de pecado es: “la trasgresión voluntaria de la ley divina”Trasgresión: es decir violación o desobediencia

Voluntaria: porque se trata no sólo de un acto puramente material, sino de una acción formal, advertida y consentida

De la ley divina: o sea, de cualquier ley obligatoria, ya que todas reciben su fuerza de la ley eterna

Entendamos que significa pecar

El Sacerdote Jesuita Jorge Loring nos dice que el pecado es “La gran estafa” y “La gran canallada”, y nos lo explica con dos ejemplos:

El Pecado “La gran estafa”:

Un niño de 6 años iba por la calle y se encontró un billete de 100 dólares, caminando contento por el acontecimiento se lo mostró a otro niño de 10 y tuvo con él el siguiente dialogo:

Niño de 6: “¡Mira lo que me he encontrado!”

Niño de 10: “¡Aleja ese billete de mi! ¿No ves que está sucio? ¡No vale nada! ¡En cambio yo tengo un sabroso y delicioso caramelo!”

Niño de 6: “¿no quieres cambiarme el billete por tu caramelo?”

Niño de 10: “Bueno…, solo porque me haz caído bien, te lo cambio”

El niño de 6 años se va contento pensando: ¡Hay que ver, ese niño tan grande y tan tonto, me ha cambiado un sucio pedazo de papel por un caramelo! ¡Lo que pasa es que soy muy listo!

El niño pequeño no sabe que con el billete de cien dólares hubiera podido comprar 1000 caramelos y que realmente ha sido estafado. La verdad es que así somos nosotros cuando pecamos. Nadie puede ganar pactando con el Diablo, ya que el diablo es ciertamente más inteligente que nosotros, tiene inteligencia de ángel, y cualquiera que pacte con el, ¡pues es estafado! El nos ofrece un caramelo (un disfrute pasajero) y nos quita lo realmente valioso (la gracia de Dios). Al perder la gracia de Dios estamos muertos espiritualmente, como lo dice la escritura:

“Pues el salario del pecado es la muerte; pero el don gratuito de Dios, la vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.” Romanos 6,23

Morir sin gracia de Dios nos lleva a la condenación, por eso debemos estar siempre preparados, porque no sabemos cuando moriremos

“«Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, estaría en vela y no permitiría que le horadasen su casa. Por eso, también vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre. «¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, a quien el señor puso al frente de su servidumbre para darles la comida a su tiempo? Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. Yo os aseguro que le pondrá al frente de toda su hacienda. Pero si el mal siervo aquel se dice en su corazón: "Mi señor tarda", y se pone a golpear a sus compañeros y come y bebe con los borrachos, vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe, le separará y le señalará su suerte entre los hipócritas; allí será el llanto y el rechinar de dientes.” Mateo 24,42-51

El Pecado “La gran canallada”:

Había una vez un hombre rico que tenía una gran fortuna, y decidió confiársela a un gran amigo para que la invirtiera en la bolsa de valores, cuando el amigo recibió el dinero, en vez de invertirlo, compró un anillo de diamantes, se lo regaló a la esposa de su amigo rico, la sedujo, la conquisto y se la quitó. Aquí vemos un hombre que se ha comportado como gran un canalla, ya que con lo mismo que ha recibido del amigo, le ha utilizado para ofenderle. Pues la verdad así somos nosotros, ofendemos a Dios con los mismos tesoros que Dios nos ha dado. A muchas mujeres Dios les da el don de la belleza y las vemos posando en revistas pornográficas, a otros hombres les hace bien parecidos y tienen tantas mujeres como puedan engañar, a otros hombres les da el don de la inteligencia y les vemos realizando las más increíbles estafas. ¿No son esos regalos que Dios nos ha dado? No nos damos cuenta que con el pecado, tomamos esos regalos y los ponemos al servicio del peor enemigo de Dios, dando la espalda a quien realmente nos los ha dado y nos ama, y poniéndonos del lado de quien nos odia terriblemente y quiere la muerte para nosotros.

Tenemos que estar muy concientes siempre de que realmente significa pecar, para que no nos dejemos engañar de la ilusión que este representa.

El Pecado nos hace esclavos

Cuando pecamos, nos hacemos esclavos del pecado, Cristo nos lo explica de la siguiente manera:

“Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: todo el que comete pecado es un esclavo. Y el esclavo no se queda en casa para siempre; mientras el hijo se queda para siempre. Si, pues, el Hijo os da la libertad, seréis realmente libres.” Juan 8,34-36

El libro de imitación de Cristo dice:

“Resistiendo, pues, a las pasiones y no doblegándose a su yugo como esclavo es como se haya la verdadera paz del corazón” Imitación de Cristo LI, 6,7

“Y cuando más tardo y perezoso es uno en oponerle resistencia, tanto más débil se va tornando cada día, y el enemigo cobra mayores fuerzas contra él” Imitación de Cristo LI, 13,21

La esclavitud del pecado destruye nuestra voluntad, y sino forjamos una voluntad fuerte no podremos seguir a Cristo.

Cristo nos exhorta a temer al pecado

“Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien a Aquel que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna.” Mateo 10,28

Por eso dice el libro del Eclesiástico:

“Como de serpiente huye del pecado, porque, si te acercas, te morderá. Dientes de león son sus dientes, que quitan la vida a los hombres.” Eclesiástico 21,2

Y Cristo nos pide que hagamos lo que sea necesario para apartarnos de las ocasiones de pecar:

“Si, pues, tu ojo derecho te es ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea arrojado a la gehenna.” Mateo 5,29-30

Con esta hipérbole Cristo nos enseña que no es suficiente por tanto, proponernos no pecar, sino proponernos decididamente a apartarnos de cualquier ocasión que nos pueda llevar a pecar, si una amistad, un lugar determinado, un programa de televisión o cualquier otra cosa nos puede llevar a pecar es necesario apartarnos con voluntad de ellos.

¿Qué hacer si ya hemos pecado?

Si hemos cometido pecado grave debemos arrepentirnos de nuestro pecado, formar un verdadero propósito de enmienda y acudir a un sacerdote para confesarnos. Los sacerdotes recibieron de Cristo la autoridad de perdonar pecados:

“A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»” Juan 20,23

Y en la Biblia vemos los pecados deben confesarse:

“Confesaos, pues, mutuamente vuestros pecados y orad los unos por los otros, para que seáis curados. La oración ferviente del justo tiene mucho poder.” Santiago 5,16

Ya desde tiempos de Cristo los creyentes acudían a los apóstoles a confesar los pecados

“Muchos de los que habían creído venían a confesar y declarar sus prácticas.” Hechos 19,18

Por medio de este poder otorgado a los apóstoles y sus sucesores, Cristo les ha confiado el ministerio de la reconciliación, y esto no es un invento de los hombres sino que proviene de Dios:

“Y todo proviene de Dios, que nos reconcilió consigo por Cristo y nos confió el ministerio de la reconciliación.” 2 Corintios 5,18

Conclusión

El pecado es la desobediencia a Dios, cuando pecamos no solo le ofendemos a Él y perdemos la gracia sino que nos dañamos a nosotros mismos. Pecar siempre es una gran tontería de nuestra parte y una canallada contra Dios, cometer pecado nos hace esclavos y débiles de voluntad, por eso debemos temer al pecado, renunciar a él y apartarnos de toda ocasión de pecar. Si ya hemos pecados debemos arrepentirnos de corazón, hacer un firme propósit

«Christopher Hitchens y el final de la evolución» / Autor: Raniero Cantalamessa OFMcap






Publicamos el comentario del padre Raniero Cantalamessa OFMcap, predicador de la Casa Pontificia, al ensayo difundido por el periodista anglo-estadounidense Christopher Hitchens bajo el título «Dios no es grande – La religión envenena todo».




CHRISTOPHER HITCHENS Y EL FINAL DE LA EVOLUCIÓN

Hace tiempo un anónimo benefactor se preocupó de hacerme llegar como regalo, de parte del editor, el ensayo del conocido periodista anglo-estadounidense Christopher Hitchens titulado «Dios no es grande»; el subtítulo es: «La religión envenena todo» («God is not great. How religion poisons everything», Nueva York 2007). Pienso que no lo hizo con afán polémico, sino con el deseo de ayudarme a salir del engaño en el que, en su opinión, me encuentro como creyente y como comentarista del Evangelio en televisión.

Quiero decir enseguida que estoy agradecido a este desconocido amigo. Muchos reproches que Hitchens dirige a los creyentes de todas las religiones (el islam no recibe en el libro un trato mejor que el cristianismo, cosa que revela una buena dosis de valor por parte del autor) son fundados y hay que tomarlos en consideración para no repetir los mismos errores del pasado. El Concilio Vaticano II afirma que la fe cristiana puede y debe sacar provecho también de las críticas de quienes la combaten, y éste es ciertamente uno de los casos.

Pero Hitchens mete todo en el mismo saco. Dice atenerse al criterio evangélico de juzgar el árbol por sus frutos, pero del árbol de la religión él considera sólo los frutos podridos, nunca los frutos buenos. Los santos, los genios y los benefactores dados a la humanidad por la fe, o alimentados de ella, no cuentan nada. Con los mismos criterios, esto es, considerando sólo el lado oscuro de una institución, se podría escribir un libro negro de todas las grandes realidades humanas: de la familia, de la medicina (recuérdese para qué servía la medicina en Auschwitz), del psicoanálisis (¡de él se ha escrito recientemente, de hecho, un «libro negro»!), del propio periodismo que ejerce el autor (¡cuántas veces ha estado, y está, a servicio de los tiranos y de los intereses de grupos de poder!).

De su crítica no se salva nadie. ¿Francisco de Asís? ¡«Un mamífero que creía hablar a los pájaros»! ¿La Madre Teresa de Calcuta? «Una ambiciosa monja albanesa», hecha famosa por el libro «Algo bello para Dios», escrito sobre ella por Malcom Muggeridge. En otras palabras, ¡un producto como tantos otros de la era mediática!

Pascal concluye el relato de su descubrimiento del Dios vivo con las palabras: «Alegría, alegría, lágrimas de alegría», y C. S. Lewis describe su conversión como haber sido «sorprendido por la alegría»; pero para Hitchens «hay algo sombrío e incongruente» en estos dos autores, una fundamental ausencia de felicidad como en todos los creyentes («¿Por qué una creencia así no hace felices a sus seguidores?»).

Dostoiewski fue uno de los principales testigos de cargo de la religión, pero de él se toman en consideración mucho más los argumentos puestos en boca del rebelde y del ateo Iván que los del devoto Aliocha, el cual, como se sabe, refleja bastante más de cerca el pensamiento del escritor.

Tertuliano se convierte en un «padre de la Iglesia» de manera que su «credo quia absurdum», «creo porque es absurdo», pueda presentarse como el pensamiento de todo el cristianismo, mientras se sabe que, cuando escribe tales palabras (interpretadas, aparte de todo, fuera del propio contexto y de modo inexacto), Tertuliano está considerado por la Iglesia como un hereje. Extraña, además, esta crítica a Tertuliano, porque si existe un apologeta al que Hitchens se parezca espectacularmente, en la cara opuesta, es precisamente este africano: la misma capacidad dialéctica, la misma voluntad de triunfar del adversario, sepultándolo bajo una masa de argumentos aparentemente, pero sólo aparentemente, indiscutibles: la cantidad sustituyendo a la calidad de los argumentos.

Un recensor inglés ha comparado al autor del libro con un desafiante púgil que en el gimnasio lanza puñetazos furiosos contra un saco de arena inerte, ignorando que el verdadero campeón que hay que abatir está en otro sitio. Él no derriba la verdadera fe, sino su caricatura. A mi la lectura del libro me ha traído a la memoria el deporte de tiro al plato: se lanzan al aire blancos artificialmente confeccionados que el tirador, sin esfuerzo, hace añicos con disparos precisos.

Hitchens combate los distintos integrismos religiosos con otro de signo opuesto. «El de Hitchens –observaba Renzo Guolo en "La Repubblica"— se asemeja al manifiesto militante de un mundo que parece polarizado entre los inquietantes partidarios del fundamentalismo, con sus locos proyectos de nuevos, totalitarios, estados éticos, y los proclives a un neosecularismo integral que minusvalora la búsqueda de sentido de muchos en el tiempo del final de las "grandes narraciones"».

Hitchens da prueba de integrismo también en otro sentido. Aún con intenciones opuestas, él lee las Escrituras exactamente como lo hacen ciertos representantes del fundamentalismo bíblico de corte evangélico americano, esto es, a la letra, sin esfuerzo alguno de contextualización y de hermenéutica histórica. Esto le permite hablar de «la pesadilla del Antiguo Testamento».

Pero Christopher Hitchens es una persona inteligente. Ha previsto que la religión sobrevivirá también a su ataque, como ha sobrevivido a muchísimos otros que le han precedido, y se ha preocupado de dar una explicación a este embarazoso hecho: «La fe religiosa --escribe-- es inextirpable porque somos criaturas en evolución. No se extinguirá nunca, o al menos, no se extinguirá mientras no venzamos el miedo a la muerte, a lo oscuro, a lo desconocido y a los demás». La religión no es más que un estadio intermedio provisional, ligado a la situación del hombre que es un «ser en evolución».

De esta forma el autor se atribuye tácitamente el papel de quien ha roto tal barrera, anticipando solitariamente el final de la evolución e, igual que el Zaratustra nietzschiano, vuelve a la tierra para iluminar sobre las realidades de las cosas a los pobres mortales.

Repito: no se puede dejar de admirar la extraordinaria cultura del autor y la pertinencia de ciertas críticas suyas. Lástima que haya preferido vencer clamorosamente, renunciando así a convencer, incluso cuando podría haberlo hecho en provecho de la sociedad y de la propia religión.