
“Deseo que, gracias a la responsabilidad de todos los participantes, se pueda alcanzar un instrumento internacional fuerte y creíble: de hecho, es necesario remediar los errores del pasado y evitar que se repitan en el futuro. Acompaño con mi oración a las víctimas de las municiones de racimo, y a sus familias, además de a quienes participarán en la conferencia formulando mis mejores deseos de éxito”.
Tras el rezo mariano del Ángelus, el Pontífice se dirigió a la Catedral de San Lorenzo, donde pronunció un discurso a los sacerdotes y personas de vida consagrada, durante el cual recordó la figura del Papa Benedicto XV –nacido en esta región del norte de Italia- y su mensaje de paz.El Papa Benedicto XV gobernó la Iglesia durante los dramáticos años de la I Guerra Mundial.
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