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Bienvenido a Escuchar y a Dar

Este blog, no pretende ser un diario de sus autores. Deseamos que sea algo vivo y comunitario. Queremos mostrar cómo Dios alimenta y hace crecer su Reino en todo el mundo.

Aquí encontrarás textos de todo tipo de sensibilidades y movimientos de la Iglesia Católica. Tampoco estamos cerrados a compartir la creencia en el Dios único Creador de forma ecuménica. Más que debatir y polemizar queremos Escuchar la voluntad de Dios y Dar a los demás, sabiendo que todos formamos un sólo cuerpo.

La evangelización debe estar centrada en impulsar a las personas a tener una experiencia real del Amor de Dios. Por eso pedimos a cualquiera que visite esta página haga propuestas de textos, testimonios, actos, webs, blogs... Mientras todo esté hecho en el respeto del Amor del Evangelio y la comunión que siempre suscita el Espíritu Santo, todo será públicado. Podéís usar los comentarios pero para aparecer como texto central enviad vuestras propuestas al correo electrónico:

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miércoles, 28 de diciembre de 2011

El martirio del Beato Pablo Meléndez, el 24 de diciembre de 1936: “Esta Nochebuena, en el cielo”

Un compañero que estuvo en la cárcel con él explicaba: «La vida en la cárcel, dentro de lo que cabe, la hacíamos practicando privadamente nuestras devociones y encomendándonos a Dios. Un día pregunté a Pablo: ¿Qué nos pasará a nosotros; nos salvaremos?; y me contestó: Hombre, si la Providencia nos destina para mártires, nos fusilarán; y si no, quedaremos libres. Estamos aquí porque Dios lo ha permitido; en Sus manos estamos. Sólo pido al Señor me dé su amor y gracia, y esto me basta


28 de diciembre de 2011.- A las cinco y media de la madrugada del 24 de diciembre de 1936, Pablo Meléndez fue sacado de la cárcel para ser fusilado a las afueras de Valencia. Su delito: «Soy católico, apostólico y romano», como sostuvo ante quienes le arrestaron. A las pocas horas, celebraría la Navidad ya en el cielo.


María Teresa, una de las hijas de Pablo Meléndez Gonzalo, abogado y periodista valenciano, acudió al cementerio de Valencia a las dos de la tarde del 24 de diciembre de 1936 y se encontró allí con el cadáver de su padre y de su hermano Alberto: «Mi padre tenía la cara llena de balazos y por la nuca le salía sangre. Las muñecas, tanto de mi padre como de Alberto, mostraron señales de haber estado atadas con violencia». Leer más...

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