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sábado, 3 de marzo de 2012

El testimonio de Alina Milan, joven de 22 años, que no renunció a ser cristiana para ser operada en Israel de un trasplante de hígado y salvar su vida

* No tenía recursos y para ser intervenida quirúrgicamente, a cargo del estado israelí, debía firmar el cuestionario de ciudadanía en el cual se declarara o judía o atea. Su director espiritual, el P. Alejandro Naruszewa y sus amigos intentaron reunir los 300.000 dólares del coste total de la intervención pero no lo consiguieron y ella murió

* Alina dijo al P. Alejandro: «Mi madre y yo hemos decidido tajantemente que no me voy a quitar la cruz. No renunciaré a mi fe. No existe ningún precio capaz de comprar a Cristo»

* En una carta a sus amigos afirma: «No muestro ningún heroísmo. En realidad, no tengo otra opción, pues ya había hecho mi elección hace tiempo: soy cristiana ortodoxa...Para mí, lo importante no es lo que queda en el papel, sino ¿qué pasa con mi alma? La confianza en Dios es más fuerte que cualquier valor, que cualquier derecho, país, diagnóstico o cualquier tiempo terrible»

3 de marzo de 2012.- Alina Milan cursaba el quinto año de Derecho en la Universidad estatal de Moscú. Nacida en 1988, disfrutaba de una vida estudiantil serena… hasta que le detectaron Hidatidosis alveolar hepática, una enfermedad que consume el hígado, llevando a quien lo padece a una muerte segura.

Urgida de un trasplante de hígado, Alina y su madre decidieron buscar soluciones, pues en Rusia no se practica aún ese tipo de operaciones. Consultando, volaron a Israel en octubre del 2011, concretamente al The Tel-Aviv Sourasky Medical Center. Ahí, Alina se sometió a unas pruebas preliminares, que lanzaron su veredicto: o se hacía un trasplante urgente o le quedaba, cuando mucho, dos semanas de vida. Leer más...

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