10 de febrero de 2012.- Emilia Jitaru estuvo jugando durante diez años en la primera división (o serie A, como se dice en Italia) de fútbol femenino. De hecho, la selección nacional rumana quiso ficharla por la excelente calidad de su juego. Pero al final el balón no fue suficiente para esta joven, que decidió apartar su pasión por el deporte y perseguir algo mucho más grande: su vocación.
“A los 21 años sentí que el deporte me estaba dando sólo alegrías momentáneas y yo tenía un vacío interior continuo. Fue entonces cuando descubrí que había sido convocada por Dios para llevar a cabo una misión”,ha explicado en Il Corriere Fiorentino. De esta forma el lateral izquierdo del Selena Bacau dejó de lado un futuro deportivo brillante y abrazó sus votos. Se convirtió en la hermana Emilia Jitaru y entró en la Congregación de las Maestras Pías Venerinas. Leer más...
No hay comentarios:
Publicar un comentario