«En 2011 descubrí la belleza de la continencia. Había empezado a reconocer que algo no iba bien y volví a la iglesia. He encontrado un camino, pero hay muchos. Otros también consiguen superar estas pulsiones»
«Yo descubrí que reconociendo mi herida y ofreciéndola a Cristo y a la Iglesia mi condición dolorosa se convertía en una fiesta. Al no practicar la homosexualidad no estoy diciendo que “no” a mis pulsiones, sino “sí” a Dios: es un sacrificio para tener lo mejor, lo máximo, algo que antes no tenía»
sábado, 24 de mayo de 2014
Philippe Ariño, autor de «Homosexualidad contracorriente»: «Yo, homosexual y ex activista gay, vivo según las enseñanzas de la Iglesia. Y soy feliz»
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